sábado, 30 de agosto de 2014

6° EPM - “EL ESCUDO FRANCISCANO”


El Escudo, es una figura heráldica que todas las hermandades e instituciones poseen como símbolo de las mismas en la que están simbolizados los titulares y naturaleza de la corporación. Los escudos de las hermandades están representados en los estandartes, libros de reglas, palios, pasos, y a veces también en algunas insignias. También aparece el escudo de las hermandades en las túnicas de los nazarenos, cirios etc. Por lo que parece, fue a causa de los torneos por lo que los caballeros decidieron adoptar emblemas determinados y llevarlos para poder ser siempre reconocidos. Por otra parte, si la familia de un caballero llegaba a ser bastante conocida, a este le resultaba muy útil emplear el mismo emblema que el de su padre, para que todos se dieran cuenta de la relación.
Desde la Edad Media, los escudos de armas se hicieron de uso común para los guerreros y para la nobleza; por eso, se fue desarrollando un lenguaje muy articulado que regula y describe la heráldica civil. Paralelamente, también para el clero se formó una heráldica eclesiástica, que sigue las reglas de la civil para la composición y la definición del escudo, pero que inserta alrededor símbolos e insignias de índole eclesiástica y religiosa, según los grados del orden sagrado, de la jurisdicción y de la dignidad.
Es tradición, al menos desde hace ocho siglos, que también los Papas tengan su propio escudo personal, así como simbolismos propios de la Sede apostólica. De modo especial en el Renacimiento y en los siglos sucesivos, se solía decorar con el escudo del Sumo Pontífice felizmente reinante todas las principales obras realizadas por él. En efecto, los escudos papales aparecen en obras de arquitectura, en publicaciones, en decretos y en documentos de diversos tipos. A menudo los Papas adoptaban el escudo de su familia, si existía, o componían un escudo con simbolismos que indicaban su ideal de vida, que hacían referencia a hechos o experiencias pasadas, o que aludían a elementos vinculados a su programa de pontificado. Con frecuencia aportaban alguna variante al escudo que El Escudo Franciscano enseña dos brazos cruzados sobre la cruz Tau. El primer brazo representa a Jesucristo y el segundo a San Francisco, fundador de la orden franciscana. Cada mano tiene una marca de una cruz pequeña; estas representan las marcas de los clavos que recibió Jesús en su pasión y muerte. San Francisco experimentó los estigmas: a él se le aparecieron también las mismas llagas que sufrió Cristo. Por esta razón, San Francisco es conocido como el que reflejó al mismo Cristo. A veces, también se ponen nubes debajo de los brazos, significativo de que San Francisco ahora disfruta la Vida Eterna al lado de Jesús.
La difusión del escudo franciscano de los brazos cruzados de Cristo y de Francisco se lleva a cabo durante el generalato de Francisco Sansón (1475-1499), quien a través de las muchas obras de arte que encarga y dona a las iglesias de Asís, Padua, Florencia, Brescia..., hace que se convierta en el escudo propio de la Orden Franciscana.
El significado del escudo es la conformidad de Francisco con Cristo: el crucificado del Alvernia con el Crucificado del Gólgota. En algunos escudos se llega a una conformidad tal, como se ve en un escudo del Sacro Convento de Asís (1478) en que aparece una cruz grafiad
Responde a las preguntas
1.    ¿Qué son los escudos y como están representados?
2.    ¿Qué dice la tradición respecto a los Papas y los escudos?
3.    ¿Cómo es el escudo franciscano?

4.    ¿Con que otro escudo se representa a San Francisco?

6° EPM “KERIGMA”


Kerigma es una palabra griega que se refiere al primer y fundamental anuncio de Cristo Salvador. Dicho anuncio consiste en proclamar con gozo y valentía que aunque el ser humano se separó muy pronto de su creador, Dios nos ama entrañablemente a cada uno, de manera que nunca desapareció para la humanidad la esperanza, a pesar de que muchas veces, en este mundo, todo aparezca oscuro y triste.
Jesucristo, Dios y hombre verdadero, ha pagado por nuestros pecados con su muerte en la cruz, y resucitó venciendo la muerte y el pecado. Jesucristo está vivo y presente en medio de nosotros aquí y ahora.
Ante la primera predicación de Pedro, los judíos le preguntaron:- ¿Qué tenemos que hacer, hermanos? A lo que Pedro contestó: -Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo (Hch 2, 37-38).
De manera que si te arrepientes, crees en Él y te bautizas en Su Nombre, obtienes perdón de los pecados y vida nueva. Es como un nuevo nacimiento (Jn 3,15): Una vida sobrenatural, divina que no tiene fin.
Estas palabras del kerigma, con la fuerza del Espíritu Santo, tienen el poder de mover los corazones, llevar a la conversión y propiciar la adhesión total a Jesucristo y a la comunidad de creyentes.
¿Por qué se hace necesario enfatizar el kerigma entre nosotros? Porque la Iglesia en los países católicos ha estado presuponiendo, por demasiado tiempo, que todos los fieles ya conocen estas verdades. Se supone que la fe de todos los católicos es una respuesta consciente y personal a dicho anuncio de salvación en Cristo. Esto es falso.
En la práctica observamos que muchos católicos no han escuchado nunca este mensaje con claridad y, por tanto, no han tenido hasta ahora un encuentro personal con Jesucristo vivo.
Por eso el cristianismo de muchos católicos es superficial y rutinario. Es mediocre: ni frío ni caliente. No han experimentado una verdadera conversión, un cambio de vida. No han descubierto la novedad que Cristo trae a nuestras vidas. En realidad, muchos de nosotros vivimos como paganos.
Nada extraño que cuando uno de estos católicos escucha el kerigma de boca de un pastor protestante, cree que debe abandonar la Iglesia Católica. Pero si escuchara con claridad el kerigma en la única verdadera Iglesia de Jesucristo, comprendería que el mismo Jesucristo, único Salvador, nos dejó también la Eucaristía, el Sacerdocio, y la piedad Mariana.
A propósito, ¿dónde te encuentras tú en este proceso de conversión?
 Contesta a las siguientes preguntas
1.       ¿A qué se refiere la palabra Kerigma y cuál es su origen?
2.      Qué dice Juan 3:16, respecto al hombre?
3.      ¿Qué respuesta dio San Pedro ante la pregunta: tenemos que hacer, hermanos?
4.      ¿Qué sucede si una persona se arrepiente y se bautiza en el nombre de Dios?
5.      ¿Por qué se hace necesario enfatizar el kerigma entre nosotros?

6.      ¿Que poder tiene la fuerza del Espíritu Santo?

1° ESM "BENDICIÓN DE SANTA CLARA"


Así como en el trabajo era ejemplo para las religiosas, santa Clara lo era también en la vida de oración. Después de las completas, último oficio del día, permanecía largo rato sola, en la iglesia ante el Crucifijo que habló a San Francisco. Allí rezaba el “Oficio de la Cruz”, que había compuesto Francisco. Estas prácticas no le impedían levantarse por la mañana muy temprano, para levantar a las hermanas, encender las lámparas y tocar la campana para la misa primera.
Según la leyenda, una vez fue el Papa a San Damián; Santa Clara hizo preparar las mesas y poner el pan en ellas, para que el Santo padre lo bendijera. El Papa pidió a la santa que fuera ella quien lo hiciera, a lo que Clara se opuso rotundamente. El Papa la instó por santa obediencia a que hiciera la señal de la cruz sobre los panes y los bendijera en el nombre de Dios. Santa Clara, como verdadera hija de obediencia, bendijo muy devotamente aquellos panes con la señal de la cruz, y al instante apareció en todos los panes la señal de la cruz
La madre Santa Clara bendijo amplia y cariñosamente, antes de morir a todas sus hermanas. La santa usó para entonces una fórmula de bendición que empezaba con la invocación bíblica empleada con San Francisco. Es de suponer que las breves palabras de su bendición, antes de su tránsito fueron piadosamente recogidas y transcritas por los frailes menores y monjas que asistían a su lecho.  La bendición de santa Clara se difundió por todas partes.

ORACIÓN
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
El Señor os bendiga y os guarde. Os muestre su faz y tenga misericordia de vosotras. Vuelva su rostro a vosotras y os dé la paz, a vosotras, hermanas e hijas mías, y a todas las otras que han de venir y permanecer en vuestra comunidad, y a todas las demás, tanto presentes como futuras, que perseveren hasta el fin en todos los otros monasterios de Damas Pobres.
Yo, Clara, sierva de Cristo, plantita de nuestro muy bienaventurado padre san Francisco, hermana y madre vuestra y de las demás hermanas pobres, aunque indigna, ruego a nuestro Señor Jesucristo, por su misericordia y por la intercesión de su Santísima Madre santa María, y del bienaventurado Miguel arcángel y de todos los santos ángeles de Dios, de nuestro bienaventurado padre Francisco y de todos los santos y santas, que el mismo Padre celestial os dé y os confirme ésta su santísima bendición en el cielo y en la tierra: en la tierra, multiplicándoos en su gracia y en sus virtudes entre sus siervos y siervas en su Iglesia militante; y en el cielo, exaltándoos y glorificándoos en la Iglesia triunfante entre sus santos y santas.
Os bendigo en vida mía y después de mi muerte, como puedo y más de lo que puedo, con todas las bendiciones con las que el Padre de las misericordias ha bendecido y bendecirá a sus hijos e hijas en el cielo y en la tierra, y con las que el padre y la madre espiritual ha bendecido y bendecirá a sus hijos e hijas espirituales. Amén. Sed siempre amantes de Dios y de vuestras almas y de todas vuestras hermanas, y sed siempre solícitas en observar lo que habéis prometido al Señor. El Señor esté siempre con vosotras, y ojalá que vosotras estéis siempre con Él. Amén.



  1. ¿Cómo era la vida de Santa Clara en el convento?
  2. ¿Cómo era la oración de Santa Clara?
  3. ¿Qué es lo que se cuenta de Santa Clara con respecto a la visita del Papa?
  4. ¿Cómo fue la oración de santa Clara antes de morir?
  5. ¿En quién se inspiró Santa Clara para redactar su bendición? 

2° ESM - Origen de las «Florecillas»


Este pequeño libro, que cuenta casi setecientos años, nació en latín y con dimensiones más amplias, con el nombre de Actus Beati Francisci et sociorum eius.
Los Actus son una recopilación de episodios de la vida de San Francisco y de sus primeros compañeros que se realizó en las Marcas hacia fines del siglo XIII. Fundamento de esta recopilación es la tradición oral mantenida viva por el amor de los frailes contemporáneos y más allegados al Santo y por aquellos que lo conocieron y guardaron sus recuerdos. Un fraile marquesano obedeció a la necesidad de fijar estos recuerdos sobre el papel para asegurarlos a la posteridad.
Puede considerarse como autor de los Actus al fraile Ugolino de Montegiorgio, en las Marcas, ayudado por otro fraile (algunos dicen Ugolino de Sormano, su sobrino) quien declara haberle oído los episodios que narra. Sabatier, en su edición de los Actus, ha seleccionado los capítulos donde aparece el escritor y aquellos en que aparece el relator inmediato fray Ugolino. «Por medio de Ugolino y del otro fraile se ha formado toda la recopilación». Puede considerarse a fray Ugolino de Montegiorgio como principal autor de los Actus. Lo ayudó y continuó, especialmente en los últimos capítulos, un discípulo suyo, de ambiente marquesano, pero siempre bajo su asistencia e inspiración» (B. Bughetti).
El traductor probablemente fue un toscano de mediados del siglo XIV; según los antiguos historiadores, fue fray Juan de los Marignolli, florentino. Según los atentísimos estudios del P. Bughetti fue, en cambio, un ignorado fraile menor sienés. De cualquier modo, supo exponer con sencillez encantadora la austeridad y belleza de los orígenes del Franciscanismo y también el drama divino del Alvernia. En efecto, generalmente se considera que el autor de las Consideraciones sobre las llagas es el mismo que tradujo los cincuenta y tres capítulos de los Actus y que los recopiló como Florecillas. Si tanto fray Ugolino de Montegiorgio como el anónimo traductor y compilador no respetaron rigurosamente la cronología y la exactitud histórica, comprendieron muy bien, en cambio, el espíritu de San Francisco y de sus primeros compañeros, y lo trasmitieron con devoto amor, ese amor que confiere al claro relato eficacia de apostolado y de poesía.
Responde a las siguientes preguntas
1.       ¿Qué son las florecillas de San Francisco y cuál es su nombre original?
2.      ¿Quién es el autor de los Actus y de cuántos capítulos consta?
3.      ¿Quién es el traductor de las Florecillas y que cualidades tenía sus escritos?

4.      ¿Qué es lo que transmites las florecillas?

3° ESM Santa Isabel de Hungría.


Nació el 1207. Era hija del Rey Andrés II y Gertrudis de Andechs-Merania. Perdió a su madre siendo muy joven, en 1213, dejando arreglado el matrimonio de su hija. Aquel matrimonio fue un arreglo político con el hijo mayor de Herman, rey de Polonia.

Cuando la niña tenía unos cuatro años, sus padres la enviaron al castillo de Wartburg, cerca de Eisenach, para que se educase en la corte de Turingia con su futuro esposo. Durante su juventud, Isabel hubo de soportar la hostilidad de algunos miembros de la corte que no apreciaban su bondad; pero en cambio, el joven Luis se enamoró cada vez más de ella Isabel se casó con Luis de Turingia-Hesse en 1221 y parecía un matrimonio feliz. A su esposo no le preocupó mucho el reparto de las riquezas que hacía Isabel entre los pobres, pues era parte de una acción caritativa que traía la recompensa eterna. Según los cronistas, Isabel era hermosa, elegante, morena, seria, modesta, bondadosa en sus palabras, fervorosa en la oración, muy generosa con los pobres y llena siempre de bondad y de amor divino. Se dice también que era modesta, prudente, paciente y leal. Su pueblo la amaba.

En 1221, cuando Luis tenía veintiún años y había heredado ya de su padre la dignidad de landgrave e Isabel tenía catorce, se celebró el matrimonio, a pesar de que algunos habían aconsejado a Luis que hiciese volver a Isabel a Hungría, pues la unión no les convenía. El joven declaró que estaba dispuesto a perder una montaña de oro antes que la mano de Isabel. La liberalidad de Isabel era tan grande, que en algunas ocasiones provocó graves críticas.

En 1226, se dejó ver la fuerza de la naturaleza con grandes inundaciones, además del hambre y las plagas que se produjeron. Isabel tomó el control de los asuntos del reino y utilizó casi todo el dinero y el grano que se almacenó para ayudar a los más necesitados, a consecuencias de aquellos desastres. Para aquel momento, su esposo Luis, estaba de viaje y al volver, los trabajadores del castillo se quejaron de la libertad de su esposa. El, con paciencia, preguntó si había vendido algunos territorios del reino, a lo que ellos respondieron que no. Entonces dijo una frase que se menciona siempre al hablar de este momento: "Sus liberalidades atraerán sobre nosotros la misericordia divina. Nada nos faltará mientras le permitamos socorrer así a los pobres".

Su esposo falleció en Otranto (Italia) el 11 de septiembre de 1227 por la peste cuando se dirigía a la sexta cruzada. El dolor profundo por la muerte de su esposo la llevó a decir que "el mundo y cuanto había de alegre en el mundo está muerto para mí". Luego de eso, su vida se tornó oscura pues su cuñado Enrique botó del castillo a Isabel, a sus hijos y dos criados, para apoderarse del gobierno del reino. Algunos afirman que fue despojada de su casa en Marburgo de Hesse y que abandonó el castillo de Wartburg. Entonces fue a visitar a su tío Eckemberto, obispo de Bamberga, quien puso a su disposición su castillo de Pottenstein. Así, los parientes de Santa Isabel le proporcionaron lo necesario para vivir.

El viernes santo de ese año, la viuda renunció formalmente al mundo en la iglesia de los franciscanos de Eisenach. Más tarde, tomó el hábito de la Tercera Orden de San Francisco. A dirigió a vivir en Wehrda, a orillas del río Lahn. Más tarde, construyó una casita en las afueras de Marburgo y ahí fundó una especie de hospital para los enfermos, los ancianos y los pobres y se consagró enteramente a su servicio.

Isabel murió con 24 años de edad en 1231. Los milagros vinieron desde el mismo día de su muerte. A un hombre que se rompió el brazo en un accidente, estaba postrado en cama con terribles dolores. En eso, vio aparecer a Isabel con trajes hermosos. Él le dijo que cómo era 31 posible que se viera tan hermosamente vestida si siempre había tenido trajes tan pobres. Ella, mientras lo curaba, le dijo que se iba directamente a la gloria, que había muerto en la tierra. Quedó curado. Dos días después de su entierro, llegó al sepulcro de Santa Isabel, un monje cisterciense con fuertes dolores al corazón y ningún médico había logrado aliviarle el dolor. Se arrodilló, le rezó a la santa y de un momento a otro, el dolor y su enfermedad habían quedado curados.

Su primer asesor espiritual, Maese Conrado, reunió testimonios para canonizarla pero falleció antes de que el Papa Gregorio IX la canonizara en 1235, cuatro años después del fallecimiento de la santa. Durante la ceremonia se la llamó "La mujer más grande de la Edad Media alemana".

La iglesia en que reposaban las reliquias de la santa fue un sitio de peregrinación hasta 1539, año en que el rey protestante, Felipe de Hesse, las trasladó a un sitio desconocido.

Para resolver
1.       ¿Cómo era Isabel y qué cualidades tenía? 
2.      ¿En qué circunstancia se casó Isabel con el príncipe Luis de Turingia?
3.      Menciona las actitudes que tuvo Santa Isabel de Hungría con las demás personas
4.      ¿Qué sucedió cuando murió el esposo de Isabel?

5.      ¿Qué sucedió con las reliquias de Santa Isabel de Hungría en 1539?

4° ESM “CATEQUESIS Y EDUCACION FRANCISCANA EN AMERICA”

Los franciscanos fueron los primeros frailes en arribar a la Nueva España. Su preocupación principal fue la de evangelizar a los nativos de estos nuevos territorios, fueron los primeros que se interesaron por introducir un nuevo conocimiento. Así elaboraron y empezaron a poner en práctica un proyecto educativo, cuyo objetivo central estuvo dirigido a contribuir en la reorganización social de los pueblos indios, asegurando su autosuficiencia económica, además de su autonomía social y política. Su ideal de conquista era ganar almas entre los indios, de acuerdo a la ideología del retorno a un cristianismo primigenio por el que habían luchado en Europa desde el siglo XIII y ahora se presentaba la ocasión para llevarlo a cabo en el Nuevo Mundo.

El 3 de Agosto de 1492, mientras en Roma se celebraban las exequias del papa Inocencio III que acababa de morir, del puerto de Palos, partía Cristóbal Colón con
sus tres carabelas, en busca de otro mundo desconocido. El 12 de Octubre de 1492, Colón y sus compañeros llegaron a unas playas desconocidas, pero no sospecharon siquiera que habían descubierto para la civilización europea un nuevo continente. Parece que en el primer viaje, venía un sacerdote como Capellán, el Padre Pedro de Arenas, quien habría celebrado la primera Eucaristía en el continente americano. Vuelto Colón a España, los reyes Católicos, Fernando e Isabel, se apresuraron de dar cuenta del descubrimiento al nuevo papa Alejandro VI. El papa celebró la noticia con grandes festejos.

LOS FRANCISCANOS Y LA EVANGELIZACION
Ellos tomaron tres sistemas de predicación; el evangélico, el apostólico, el posbélico y el protegido o posbélica El primero consistió en la práctica tal como lo hicieron Jesús y sus apóstoles, es decir llevar nada consigo y por supuesto sin recurrir a las armas como lo estaban haciendo los españoles. La evangelización posbélica consistió en la predicación del evangelio en aquellos territorios que se habían conquistado previamente por las armas. En el sistema de evangelización protegida, los evangelizadores realizaron su cometido acompañado de un grupo más o menos numerosos de hombres armados cuyo objetivo no era atacar a los indígenas o someterlos políticamente a la corona de Castilla sino proteger de los posibles ataques de los nativos a los misioneros o a los indígenas ya cristianos.

LOS FRANCISCANOS Y LA EVANGELIZACION APOSTOLICA
La evangelización apostólica fue puesta en práctica en América por los Dominicos y por los Franciscanos que evangelizaron la región septentrional venezolana de 1516 a 1522. Este sistema lo volvió a poner en práctica en México en 1536 y 1537 el franciscano Juan de Zumárraga, obispo de esa ciudad, junto con otros religiosos de su misma orden. En 1536, después de abogar por las conquistas armadas, Zumárraga propone como único sistema de evangelización la “Conquista de las almas, enviando religiosos a ellos como Cristo envió a sus apóstoles y discípulos de paz, que poco a poco penetrasen en sus tierras y moradas yendo edificando iglesias y no penetrando de golpe entre ellos” En 1537, el franciscano belga Fray Jacobo de Tastera llevando el mismo deseo de Zumárraga obtuvo del virrey de Nueva España, Don Antonio de Mendoza autorización para dirigirse a Yucatán junto a otros franciscanos y proceder a la evangelización sin que hubiera español alguno que llevarán la guerra. Mientras estuvieron vigentes las conquistas armadas en América (1508 – 1573), los franciscanos, lo mismo que los religiosos de las restantes Ordenes misioneras, pusieron en práctica este sistema de evangelización protegida, en una proporción hoy por hoy difícil de determinar.

CUESTIONARIO:

  1. ¿Cómo fue la catequesis y la evangelización en América?
  2. ¿Cuáles serían las principales características que tiene un apóstol de Cristo?
  3. ¿Cuál fue la labor catequística de los franciscanos en América?
  4. ¿Cuáles son las clases de evangelización que usaron los franciscanos de ese
  5. tiempo?
  6. Pega en tu cuaderno las imagen siguientes: Jesucristo, San Francisco de Asís, Fray Francisco Solano, Fray Juan de Zumárraga, La Virgen de Guadalupe, San Juan Diego

5° ESM “FRANCISCO Y LA ARMONÍA ENTRE LO FEMENINO Y LO MASCULINO”

COMPRENSIÓN ÉTICA DEL HOMBRE (VARÓN O MUJER)
La comprensión ética del hombre tiene múltiples variables, en conformidad con las
corrientes filosóficas y las doctrinas religiosas. En la visión de Rousseau (1712 1778), la naturaleza humana es buena y la sociedad la corrompe. En la misma dirección va el taoísmo, con Lao-Tsé (604-551 aC): la naturaleza humana es buena, y la educación la corrompe. Y para Confucio (551-479 aC), el hombre superior comprende la sabiduría de la vida; el hombre inferior comprende el lucro. Con todo, para Hobbes (1588-1679), la persona humana nace mala y la sociedad la hace buena. Pues el hombre es un lobo para el hombre. En la misma perspectiva pensaban los legistas chinos del siglo IV aC: la naturaleza humana es mala, y sólo por la fuerza puede ser subyugada. Según Sun-Tsé (siglo IV aC), la naturaleza humana es mala, y necesita educación. En opinión de Mencio (371298 aC), la naturaleza humana es buena, y debe ser perfeccionada por la educación. Para Locke (1632-1704), la persona humana nace como “tabla rasa”: ni buena ni mala. Y esta es la advertencia de Jesús: “Yo os envío como ovejas en medio de los lobos; sed, pues, prudentes como las serpientes y sencillos como las palomas. Cuidado con los hombres” (Mt 10, 16-17). Por fin, Francisco de Asís no parte del juicio moral del hombre. No parte del corazón del hombre; sino que comprende al hombre a partir de su condición de creatura, que le confiere el estatuto de hermano de todas las creaturas. Es lo que veremos en los tópicos siguientes.

COMPRENSIÓN FRANCISCANA DEL HOMBRE
La arqueología viva del Franciscanismo la encontramos en la experiencia viva de Francisco de Asís y de la fraternidad primitiva, que determina y condiciona el contenido y la expresión del pensamiento franciscano. En los pocos escritos de san Francisco, especialmente en las Admoniciones, podemos leer e interpretar su actitud fundamental, su comprensión de la persona humana y, consecuentemente, las relaciones y los elementos fundamentales de justicia, paz y ecología. Su modelo antropológico es el Hijo de Dios Encarnado, en una obediencia radical al Padre, que se hizo hijo y menor, necesitado e indigente para amar y servir: elemento iluminador de la Orden de los Hermanos Menores. Dios es el Señor, el Absoluto, y el hombre no puede ser propietario absolutamente de nada. Sólo debe hacer uso de las cosas, prestadas por la bondad y providencia de Dios. En sus escritos, Francisco centra la idea antropológica en la filiación divina y en la minoridad humana. Así se expresa: “Considera, oh hombre, a qué excelencia te elevó el Señor, creándote y formándote según el cuerpo, según la imagen de su Hijo amado y, según el espíritu, a su propia semejanza. Entretanto, las creaturas todas que están debajo del cielo, a su modo, sirven y conocen y obedecen a su Creador mejor que tú (...).  ¿De qué puedes gloriarte, entonces? (...). Pero de una sola cosa podemos gloriarnos: de nuestras flaquezas (2 Cor 12, 5), y cargar cada día la santa Cruz de Nuestro Señor Jesucristo”.
SOY FRANCISCANO DE CORAZÓN Y CONVICCIÓN
La “excelencia del hombre” (varón o mujer) pertenece a Dios, y se manifiesta por la creación: creado más elevado que las demás creaturas. “Lo coronaste de gloria y esplendor; le diste el mando sobre las obras de tus manos” (Sal 8, 6-7). Hecho, por la corporeidad, a imagen de Jesucristo, y por el espíritu, hecho semejante a Dios. E, igualmente, redimido por Jesús. Al mismo tiempo, por la creaturidad, el hombre es hermano de todas las creaturas, que “a su modo, sirven y conocen y obedecen a su Creador”. Y más, la expresión máxima de la fraternidad cósmica franciscana la encontramos en el Cántico de las Creaturas y en la propia vida y experiencia diaria de Francisco de Asís. Y la “minoridad” del hombre, que se revela en la miserabilidad y en el tejido de la maleza humana, pertenece al propio hombre.
El humanismo franciscano, más que una doctrina o sistema de pensamiento o una estructura y organización socio-política es una comprensión de la vida, un estilo de vida, un comportamiento y un modo de tratar y de comprender al mundo, a todos los seres y a los otros. En verdad, es un humanismo real, que destaca las relaciones interpersonales del hombre con todas las personas humanas, consideradas fundamentalmente como personas, creadas por Dios y redimidas por Jesucristo: es la fraternidad universal. Y destaca las relaciones fraternas del hombre con todos los seres y entes, considerados fundamentalmente creaturas, y la fraternidad cósmica.
La comprensión franciscana del mundo y del hombre va más allá de las relaciones
con los seres y entes en el sentido estético, romántico y político. Sobrepasa igualmente al racionalismo y al discurso ideológico y ontológico. Por encima de todo, la visión franciscana de la vida es una experiencia fraterna de la vida y de la existencia personal y comunitaria frente a los hombres, los seres, las cosas, frente a los acontecimientos y frente a Dios. Es una relación cara a cara, inmediata -y concreta. Es una forma real e iluminada de vivir y convivir. Es un modo vital de realizar la paz, la justicia y la ecología, como experiencia y como perspectiva, como cultura y como utopía.
“La relación franciscana con el tú, con la comunidad, con Dios, con la historia y con
la naturaleza no se reduce a una bella expresión y explicación fenomenológica (...), sino que tiene una connotación mística de participación”. Pues el pensamiento franciscano brota de una experiencia personal y comunitaria con Dios y con el mundo. Con Dios, que se revela como Absoluto y Señor, como Bien y Sumo Bien, en el orden de la vida, de la acción, de la contemplación y de la reflexión.
Responde a las siguientes preguntas
1.       ¿Cuál es la comprensión humana del hombre (Varón o mujer) por parte del seráfico Padre San Francisco de Asís?
2.      ¿Qué es el humanismo Franciscano?
3.      ¿Qué dicen las corrientes filosóficas respecto al hombre?

4.      ¿En que radica el modelo antropológico del hombre con respecto a Dios?

lunes, 18 de agosto de 2014

6°EPM LA CORONA SERÁFICA

Una devoción mariana que se ha desarrollado en el seno de la Orden Seráfica es la corona Franciscana de las sietes alegrías de la Santísima Virgen. En 1442, en tiempos de San Bernardino de Siena, se difundió la noticia de una aparición de la Virgen a un novicio franciscano.

Este de niño, tenía la costumbre de ofrecer a la bienaventurada Virgen una corona de rosas. Cuando ingreso en la Orden de Hermanos Menores, su mayor dolor fue no poder seguir ofreciendo a la Santísima Virgen esta ofrenda de flores. Su angustia llego hasta tal punto, que decidió abandonar la Orden. La Virgen se le apareció para consolarlo y le indicó otra ofrenda diaria que le sería muy agradable. Le sugirió recitar cada día siete decenas de Ave Marías intercaladas con la meditación de los siete misterios gozosos que ella vivió en su existencia. De esta manera tuvo  origen la Corona Franciscana, Rosario de las siete alegrías.
Consta de 7 Gozos] 
San Francisco "desbordaba de amor indecible a la Madre del Señor Jesús, por haber hecho hermano nuestro al Señor de la majestad y haber tenido misericordia de nosotros. En ella sobre todo, después de Cristo, ponía toda su confianza y por eso la hizo abogada suya y de sus hermanos. Ayunaba en su honor con gran devoción, desde la fiesta de los apóstoles Pedro y Pablo hasta la fiesta de la Asunción" (San Buenaventura, Leyenda Mayor, 9,3). 
Los siete gozos de la Virgen es una devoción franciscana parecida al Rosario. Se remonta al siglo XV y está en el origen de la corona de siete misterios que muchos franciscanos y franciscanas llevan colgada en el cordón. Es una oración muy sencilla, fácil para todos los que desean honrar a la Virgen María, reviviendo con ella algunos misterios de la vida de su Hijo Jesucristo. 
La corona franciscana consta de 72 avemarías, con la meditación de las siete principales alegrías que la Virgen experimentó a lo largo de los 72 años que, según la tradición, duró su peregrinación por este mundo.
COLLAR DE CUENTAS: Igual que en el caso del Santo Rosario, hay un collar de cuentas para rezar las Siete Alegrías. El collar de la Corona Franciscana es conveniente para contar las oraciones, pero no se requiere para llevar a cabo la devoción. Hay 76 cuentas en un círculo, que está conectado a una medalla, y además un colgante de cinco cuentas que termina con un crucifijo y una medalla de San Francisco de Asís. El círculo contiene siete decenarios de cuentas que representan las "Ave Marías." Una cuenta de "Padre Nuestro" separa cada decenario--con una excepción. La cuenta de "Padre Nuestro" para la Primera Alegría se encuentra en el colgante, junto a la medalla conectador.
Para rezar las Siete Alegrías usando el collar de cuentas: Se empieza con la cuenta de "Padre Nuestro" más cerca de la medalla conectador. Se siguen las cuentas hasta regresar a la medalla conectador. De ahí se continúa con el colgante, pero se omite la primera cuenta (ya que se usó para iniciar la devoción). Las cuatro cuentas restantes del colgante se usan para rezar las cuatro oraciones finales. De tal manera uno llega al crucifijo.

1.    ¿Desde cuándo se  comenzó a difundir la noticia de una aparición de la Virgen a un novicio franciscano?
2.    ¿Cuál fue el origen de la Corona Seráfica?
3.    ¿De cuántas Alegrías consta la Corona Seráfica?
4.    ¿Qué nos recuerda las 72 Ave marías de la Corona Seráfica?

5.    ¿Qué nos recuerda las siete Alegrías de la Corona Seráfica?

6° EL ESPÍRITU SANTO

6° EL ESPÍRITU SANTO
Según el Catecismo de la Iglesia Católica, el Espíritu Santo es la "Tercera Persona de la Santísima Trinidad". Es decir, habiendo un sólo Dios, existen en Él tres personas distinas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esta verdad ha sido revelada por Jesús en su Evangelio.
El Espíritu Santo coopera con el Padre y el Hijo desde el comienzo de la historia hasta su consumación, pero es en los últimos tiempos, inaugurados con la Encarnación, cuando el Espíritu se revela y nos es dado, cuando es reconocido y acogido como persona. El Señor Jesús nos lo presenta y se refiere a Él no como una potencia impersonal, sino como una Persona diferente, con un obrar propio y un carácter personal.
El Espíritu Santo, el don de Dios
"Dios es Amor" (Jn 4,8-16) y el Amor que es el primer don, contiene todos los demás. Este amor "Dios lo ha derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado". (Rom 5,5).
Puesto que hemos muerto, o al menos, hemos sido heridos por el pecado, el primer efecto del don del Amor es la remisión de nuestros pecados. La Comunión con el Espíritu Santo, "La gracia del Señor Jesucristo, y la caridad de Dios, y la comunicación del Espíritu Santo sean con todos vosotros." 2 Co 13,13; es la que, en la Iglesia, vuelve a dar a los bautizados la semejanza divina perdida por el pecado. Por el Espíritu Santo nosotros podemos decir que "Jesús es el Señor ", es decir para entrar en contacto con Cristo es necesario haber sido atraído por el Espíritu Santo.
Mediante el Bautismo se nos da la gracia del nuevo nacimiento en Dios Padre por medio de su Hijo en el Espíritu Santo. Porque los que son portadores del Espíritu de Dios son conducidos al Hijo; pero el Hijo los presenta al Padre, y el Padre les concede la incorruptibilidad. Por tanto, sin el Espíritu no es posible ver al Hijo de Dios, y, sin el Hijo, nadie puede acercarse al Padre, porque el conocimiento del Padre es el Hijo, y el conocimiento del Hijo de Dios se logra por el Espíritu Santo.
Vida de fe. El Espíritu Santo con su gracia es el "primero" que nos despierta en la fe y nos inicia en la vida nueva. El es quien nos precede y despierta en nosotros la fe. Sin embargo, es el "último" en la revelación de las personas de la Santísima Trinidad.
El Espíritu Santo coopera con el Padre y el Hijo desde el comienzo del Designio de nuestra salvación y hasta su consumación. Sólo en los "últimos tiempos", inaugurados con la Encarnación redentora del Hijo, es cuando el Espíritu se revela y se nos da, y se le reconoce y acoge como Persona.
El Paráclito. Palabra del griego "parakletos", que literalmente significa "aquel que es invocado", es por tanto el abogado, el mediador, el defensor, el consolador. Jesús nos presenta al Espíritu Santo diciendo: "El Padre os dar
otro Paráclito" (Jn 14,16). El abogado defensor es aquel que, poniéndose de parte de los que son culpables debido a sus pecados, los defiende del castigo merecido, los salva del peligro de perder la vida y la salvación eterna. Esto es lo que ha realizado Cristo, y el Espíritu Santo es llamado "otro paráclito" porque continúa haciendo operante la redención con la que Cristo nos ha librado del pecado y de la muerte eterna.
Espíritu de la Verdad: Jesús afirma de sí mismo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida" (Jn 14,6). Y al prometer al Espíritu Santo en aquel "discurso de despedida" con sus apóstoles en la Última Cena, dice que será quien después de su partida, mantendrá entre los discípulos la misma verdad que Él ha anunciado y revelado.
El Paráclito, es la verdad, como lo es Cristo. Los campos de acción en que actúa el Espíritu Santo, son el espíritu humano y la historia del mundo. La distinción entre la verdad y el error es el primer momento de dicha actuación.
Permanecer y obrar en la verdad es el problema esencial para los Apóstoles y para los discípulos de Cristo, desde los primeros años de la Iglesia hasta el final de los tiempos, y es el Espíritu Santo quien hace posible que la verdad a cerca de Dios, del hombre y de su destino, llegue hasta nuestros días sin alteraciones.
Símbolos
Al Espíritu Santo se le representa de diferentes formas:
Agua: El simbolismo del agua es significativo de la acción del Espíritu Santo en el Bautismo, ya que el agua se convierte en el signo sacramental del nuevo nacimiento.
Unción: Simboliza la fuerza. La unción con el óleo es sinónima del Espíritu Santo. En el sacramento de la Confirmación se unge al confirmado para prepararlo a ser testigo de Cristo.
Fuego: Simboliza la energía transformadora de los actos del Espíritu.
Nube y luz: Símbolos inseparables en las manifestaciones del Espíritu Santo. Así desciende sobre la Virgen María para "cubrirla con su sombra". En el Monte Tabor, en la Transfiguración, el día de la Ascensión; aparece una sombra y una nube.
Sello: Es un símbolo cercano al de la unción. Indica el carácter indeleble de la unción del Espíritu en los sacramentos y hablan de la consagración del cristiano.
La Mano: Mediante la imposición de manos los Apóstoles y ahora los Obispos, trasmiten el "don del Espíritu".
La Paloma: En el Bautismo de Jesús, el Espíritu Santo aparece en forma de paloma y se posa sobre Él.

1° ESM BENDICIÓN DE SAN DE ASÍS


Según cuenta Tomás de Celano en su segunda Leyenda de San Francisco: “Uno de los compañeros del Santo deseaba con mucho afán tener por escrito, para que le confortase, alguna de las palabras del Señor, acompañada de una breve anotación manuscrita de San Francisco. Creía, en efecto, que con eso desaparecería una tentación molesta que lo atormentaba.

Un día llama el bienaventurado Francisco al hermano y le dice: “tráeme papel y tinta, porque quiero escribir unas palabras del Señor y sus alabanzas que he meditado en mi corazón”. En cuanto los tuvo a mano, escribió de su puño y letra las alabanzas de Dios y las palabras que quiso, y, por último, la bendición para el hermano, a quien dijo: “Toma para ti este pliego y consérvalo cuidadosamente hasta el día de tu muerte”. Al instante desaparece del todo la tentación” (2C. 49).

Este compañero de Francisco era el hermano León, natural de Asís, que fue secretario y confesor del Poverello. Después de la muerte de San Francisco estuvo en diversos conventos, como en el de San Simón de Espoleto, donde deja la carta que le escribió San Francisco. Reside también en La Porciúncula, donde muere el 15 de noviembre de 1271. Fue enterrado en el Sacro Convento.

La bendición que escribe Francisco, poco después de la impresión de las llagas, es la bendición solemne sacerdotal del libro de los Números (cfr. Núm. 6, 24-27). La firma con la TAU, cuyo trazo vertical divide el nombre del hermano León.
El hermano León anotó posteriormente en el pergamino con tinta roja: “El bienaventurado Francisco escribió de su puño esta bendición para mí, hermano León”. Y debajo del cráneo, signo del primer Adán salvado con la muerte en cruz del segundo Adán, Jesús, el hermano León apunta: “También de su puño hizo el signo TAU y la cabeza”.

La bendición de San Francisco al hermano León es uno de los tres autógrafos que se conservan del Santo de Asís. Ésta y las alabanzas al Dios altísimo se conservan en el Sacro Convento de Asís y la carta que San Francisco escribió al hermano León se guarda en la catedral de Espoleto. La Bendición de San Francisco es un pergamino de diez centímetros de ancho por catorce de largo en el que se lee:

"El Señor te bendiga y te guarde +
te muestre su faz y tenga piedad de ti +
Vuelva a ti su rostro y te dé la paz +
El Señor te bendiga" (Bendición de San Francisco
Responde a las siguientes preguntas
1.    ¿Por qué el hermano León necesitaba por escrito alguna de las palabras del Señor?
2.    ¿En qué ocasión escribió San Francisco el manuscrito al hermano León?
3.    ¿A qué libro pertenece la bendición de San Francisco?
4.    ¿Por qué San Francisco es representado en las imágenes con un cráneo?

5.    ¿ Cuántos son los autógrafos que se conservan del Santo de Asís y dónde se conservan?.

2 ESM FRANCISCO Y CLARA VIVEN EL EVANGELIO y SANTA CLARA DE ASÍS UN CAMINO NUEVO

FRANCISCO Y CLARA VIVEN EL EVANGELIO
Sus vidas y su vocación son complementarias y interdependientes. Desde el comienzo uno es para el otro manifestación de la Presencia y de la voluntad de Dios. Clara en todos sus escritos desborda agradecimiento por este Mediador. Gracias a él Clara descubrió el camino nuevo y vivo que Dios deseaba para ella y sus Hermanas. Francisco se sitúa en el origen de la vocación de Clara, Clara da cuerpo a esa intuición luminosa que Francisco profetiza cuando todavía él no tenía hermanos. Clara al final de sus días recuerda con agradecimiento su vida y entresaca de ella el gran  tesoro que no puede perderse
Dios elige personas en los que deposita su gracia, para comunicarnos los signos de su amor único. Francisco es regalo, Don de Dios, gracia entre las gracias. El Espíritu impulsó a Francisco a anunciar el nacimiento de las Damas Pobres, que vivirán su mismo carisma. Clara da cuerpo a esta profecía y se convierte en la primera piedra de una comunidad  enamorada del pobre Crucificado.
Francisco es la voz que anuncia el Camino, y Clara la distingue sin dudar el camino muy concreto que él emprende para revelarle su vida personal. Clara y sus hermanas serán la lámpara y el aceite vivos que se mantendrán encendidas ante el Crucificado. Como una lámpara a lo largo de su camino, las palabras de Francisco, profundamente grabadas en su memoria, iluminarán su propia marcha, iluminarán su deseo y mantendrán su impulso. Juntos compartirán la misma pasión por Jesucristo. Con su ejemplo, con su voz, y con el ardor amoroso que empuja a Francisco a seguir a Jesús pobre y humilde, aviva el fuego de Clara para seguir las huellas de Cristo hasta las últimas consecuencias.
¿QUIÉN ES CLARA PARA FRANCISCO?
En el amanecer de la orden, Francisco, acoge a Clara como la ayuda adecuada que el Señor le otorga. Clara captó como nadie la originalidad y la profundidad de la simplicidad evangélica que Francisco predicaba. Mientras casi todos le creían loco, Clara comprendió que Francisco no hacía más que responder apasionadamente a la desmedida del Amor de Dios. No podemos si quiera imaginar lo que tuvo que suponer de confirmación y fortaleza para Francisco que Clara, con su sensatez y finura espiritual, se adentrara decidida en la entrega a Jesucristo, dejando su rango y arriesgándolo todo. No pudo menos de amar totalmente a Quien totalmente se entregó por su amor. Francisco contempla absorto el milagro de aquella primera comunidad de San Damián. Su intuición se hace realidad en aquellas Hermanas que abrazaban la desmedida del amor y la entrega como forma de vida y para siempre. Cuánto tuvo que confortar esta vivencia a Francisco. “Y viendo el bienaventurado Padre que no nos arredraba en la pobreza, el trabajo, la tribulación, la afrenta, sino que la considerábamos como grandes delicias, se llenó de alegría y nos redactó la forma de vida” (Regla de Clara 6)3 Francisco siempre confió plenamente en Clara. En algunos ocasiones la presencia de Clara fue decisiva en la vida de Francisco. Se adivina claramente cómo en todo momento Francisco se siente respaldado por ella. En los momentos más duros y difíciles acude a ella y encuentra fortaleza, serenidad, luz, impulso, confirmación…
- Francisco envía a Clara hermanos que sufren dificultades especiales a quienes sólo  ella podía devolver la salud. Así aparece en el proceso de canonización: “Habiendo  enfermado de locura fray Esteban, San Francisco lo mandó para que Santa Clara hiciera sobre él la señal de la cruz y marchó curado”.
- Francisco en ocasiones acude a Clara para clarificar la voluntad de Dios en busca de luz, verdad… Un día Francisco fue tentado de retirarse a la soledad para darse sin  división y definitivamente a la vida de oración y de contemplación. Consultó a Clara.
- Ella vivía en el tiempo de Dios, como las estrellas, “luminosas, preciosas y bellas”. Sin  rumor de palabras, hizo comprender a Francisco que la paz del corazón era la forma suprema de la pobreza. La paz en la entrega total de sí a Dios. Así, Clara, por su amistad, arrancó a Francisco de las fuerzas de la noche. Bajo su influencia femenina, lo  que había aún de demasiado abrupto, incluso demasiado impaciente en el alma del Pobrecillo, se dejó penetrar de una suavidad invencible. Y la conciencia turbada de Francisco iba a tornarse otra vez tranquila y límpida como un bello lago de montaña.
- Después de la muerte de Francisco desde San Damián sostienen, animan y son referencia para toda la familia franciscana. Clara no dejará de ser espejo de lo que están llamados a vivir los hermanos menores por los caminos del mundo y velará junto con sus hermanas hasta el final para que no se apague el fuego que el mismo Espíritu ha encendido en toda la orden lanzándolos a predicar que el Amor no es amado.

 Santa Clara de Asís 
De familia Favarone de Offreduccio y de Ortolana, nació en Asís (Italia). 1193-(1194)
Sintiéndose atraída por la fuerza espiritual de San Francisco y siguiendo su ejemplo y sus enseñanzas funda la Segunda Orden Franciscana, las Clarisas o Damas pobres entre 1212-1213.  Clara y sus hermanas reciben de san Francisco la «Forma de vida» que, al igual que la primitiva Regla de los Hermanos, consta de algunas frases breves del Evangelio. 1216 - Recibe de Inocencio III el «Privilegio de la pobreza», que permite a Clara y a sus hermanas vivir sin posesión alguna.

Obtuvo de  Papa permiso para su  proyecto de abandonar el mundo y con sus religiosas vivir en una pobreza total para darse más completamente a Dios y dedicarse a su causa.

Un aspecto peculiar y conmovedor de la santidad de Santa Clara al igual que la de San Francisco fue la fraternidad universal por la que acogía a las pobres mujeres abandonadas por el dolor y por el sufrimiento.

Al igual que San Francisco Dios le encargó la misión de llevar a todos el amor, es decir la fecundidad, la fuerza, la novedad, el asombro, la conmoción, la acogida, el corazón abierto, el derecho a vivir.
Libre de todo egoísmo de toda preocupación temporal o espiritual, vivió una vida de amor hacia las pobres mujeres, aliviando su dolor, llevando consuelo, paz y regocijo espiritual por los caminos del Señor.

Después de una vida fecunda para la Iglesia cerró los ojos al mundo  un 11 de agosto de 1253. Es enterrada en la iglesia de San Jorge un 12 de Agosto de 1253. El  24 de noviembre de 1254, se le inicia el proceso de canonización. El 15 de agosto de 1255 es  Canonizada por el Papa Alejandro IV.

CONTESTA LAS SIGUIENTES PREGUNTAS

1.    ¿Por qué se le considera a Santa Clara un camino nuevo?
2.    Que recibió Santa Clara y sus hermanas de san Francisco?
3.    ¿Qué privilegio tuvo del Clara del Papa Inocencio III?
4.    ¿Cómo entendía Santa Clara la fraternidad universal?

5.    ¿Cómo fue la vida de Santa Clara de Asís?