Así como en el
trabajo era ejemplo para las religiosas, santa Clara lo era también en la vida
de oración. Después de las completas,
último oficio del día, permanecía largo rato sola, en la iglesia ante el Crucifijo que habló a San Francisco. Allí rezaba
el “Oficio de la Cruz”, que
había compuesto Francisco. Estas prácticas no le impedían levantarse por la
mañana muy temprano, para levantar a las hermanas, encender las lámparas y tocar
la campana para la misa primera.
Según la leyenda,
una vez fue el Papa a San Damián; Santa Clara hizo preparar las mesas y poner
el pan en ellas, para que el Santo padre lo bendijera. El Papa pidió a la santa
que fuera ella quien lo hiciera, a lo que Clara se opuso rotundamente. El Papa
la instó por santa obediencia a que hiciera la señal de la cruz sobre los panes
y los bendijera en el nombre de Dios. Santa Clara, como verdadera hija de
obediencia, bendijo muy devotamente aquellos panes con la señal de la cruz, y
al instante apareció en todos los panes la señal de la cruz
La madre Santa Clara bendijo amplia y cariñosamente, antes de
morir a todas sus hermanas. La santa usó para entonces una fórmula de bendición
que empezaba con la invocación bíblica empleada con San Francisco. Es de
suponer que las breves palabras de su bendición, antes de su tránsito fueron
piadosamente recogidas y transcritas por los frailes menores y monjas que
asistían a su lecho. La bendición de
santa Clara se difundió por todas partes.
ORACIÓN
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
El Señor os bendiga y os guarde. Os muestre su faz y tenga
misericordia de vosotras. Vuelva su rostro a vosotras y os dé la paz, a
vosotras, hermanas e hijas mías, y a todas las otras que han de venir y
permanecer en vuestra comunidad, y a todas las demás, tanto presentes como
futuras, que perseveren hasta el fin en todos los otros monasterios de Damas
Pobres.
Yo, Clara, sierva de Cristo, plantita de nuestro muy
bienaventurado padre san Francisco, hermana y madre vuestra y de las demás
hermanas pobres, aunque indigna, ruego a nuestro Señor Jesucristo, por su misericordia
y por la intercesión de su Santísima Madre santa María, y del bienaventurado
Miguel arcángel y de todos los santos ángeles de Dios, de nuestro
bienaventurado padre Francisco y de todos los santos y santas, que el mismo
Padre celestial os dé y os confirme ésta su santísima bendición en el cielo y
en la tierra: en la tierra, multiplicándoos en su gracia y en sus virtudes
entre sus siervos y siervas en su Iglesia militante; y en el cielo, exaltándoos
y glorificándoos en la Iglesia triunfante entre sus santos y santas.
Os bendigo en vida mía y después de mi muerte, como puedo y
más de lo que puedo, con todas las bendiciones con las que el Padre de las
misericordias ha bendecido y bendecirá a sus hijos e hijas en el cielo y en la
tierra, y con las que el padre y la madre espiritual ha bendecido y bendecirá a
sus hijos e hijas espirituales. Amén. Sed siempre amantes de Dios y de vuestras
almas y de todas vuestras hermanas, y sed siempre solícitas en observar lo que
habéis prometido al Señor. El Señor esté siempre con vosotras, y ojalá que
vosotras estéis siempre con Él. Amén.
- ¿Cómo era la vida de Santa Clara
en el convento?
- ¿Cómo era la oración de Santa
Clara?
- ¿Qué es lo que se cuenta de Santa
Clara con respecto a la visita del Papa?
- ¿Cómo fue la oración de santa
Clara antes de morir?
- ¿En quién se inspiró Santa Clara
para redactar su bendición?
No hay comentarios:
Publicar un comentario