sábado, 30 de agosto de 2014

5° ESM “FRANCISCO Y LA ARMONÍA ENTRE LO FEMENINO Y LO MASCULINO”

COMPRENSIÓN ÉTICA DEL HOMBRE (VARÓN O MUJER)
La comprensión ética del hombre tiene múltiples variables, en conformidad con las
corrientes filosóficas y las doctrinas religiosas. En la visión de Rousseau (1712 1778), la naturaleza humana es buena y la sociedad la corrompe. En la misma dirección va el taoísmo, con Lao-Tsé (604-551 aC): la naturaleza humana es buena, y la educación la corrompe. Y para Confucio (551-479 aC), el hombre superior comprende la sabiduría de la vida; el hombre inferior comprende el lucro. Con todo, para Hobbes (1588-1679), la persona humana nace mala y la sociedad la hace buena. Pues el hombre es un lobo para el hombre. En la misma perspectiva pensaban los legistas chinos del siglo IV aC: la naturaleza humana es mala, y sólo por la fuerza puede ser subyugada. Según Sun-Tsé (siglo IV aC), la naturaleza humana es mala, y necesita educación. En opinión de Mencio (371298 aC), la naturaleza humana es buena, y debe ser perfeccionada por la educación. Para Locke (1632-1704), la persona humana nace como “tabla rasa”: ni buena ni mala. Y esta es la advertencia de Jesús: “Yo os envío como ovejas en medio de los lobos; sed, pues, prudentes como las serpientes y sencillos como las palomas. Cuidado con los hombres” (Mt 10, 16-17). Por fin, Francisco de Asís no parte del juicio moral del hombre. No parte del corazón del hombre; sino que comprende al hombre a partir de su condición de creatura, que le confiere el estatuto de hermano de todas las creaturas. Es lo que veremos en los tópicos siguientes.

COMPRENSIÓN FRANCISCANA DEL HOMBRE
La arqueología viva del Franciscanismo la encontramos en la experiencia viva de Francisco de Asís y de la fraternidad primitiva, que determina y condiciona el contenido y la expresión del pensamiento franciscano. En los pocos escritos de san Francisco, especialmente en las Admoniciones, podemos leer e interpretar su actitud fundamental, su comprensión de la persona humana y, consecuentemente, las relaciones y los elementos fundamentales de justicia, paz y ecología. Su modelo antropológico es el Hijo de Dios Encarnado, en una obediencia radical al Padre, que se hizo hijo y menor, necesitado e indigente para amar y servir: elemento iluminador de la Orden de los Hermanos Menores. Dios es el Señor, el Absoluto, y el hombre no puede ser propietario absolutamente de nada. Sólo debe hacer uso de las cosas, prestadas por la bondad y providencia de Dios. En sus escritos, Francisco centra la idea antropológica en la filiación divina y en la minoridad humana. Así se expresa: “Considera, oh hombre, a qué excelencia te elevó el Señor, creándote y formándote según el cuerpo, según la imagen de su Hijo amado y, según el espíritu, a su propia semejanza. Entretanto, las creaturas todas que están debajo del cielo, a su modo, sirven y conocen y obedecen a su Creador mejor que tú (...).  ¿De qué puedes gloriarte, entonces? (...). Pero de una sola cosa podemos gloriarnos: de nuestras flaquezas (2 Cor 12, 5), y cargar cada día la santa Cruz de Nuestro Señor Jesucristo”.
SOY FRANCISCANO DE CORAZÓN Y CONVICCIÓN
La “excelencia del hombre” (varón o mujer) pertenece a Dios, y se manifiesta por la creación: creado más elevado que las demás creaturas. “Lo coronaste de gloria y esplendor; le diste el mando sobre las obras de tus manos” (Sal 8, 6-7). Hecho, por la corporeidad, a imagen de Jesucristo, y por el espíritu, hecho semejante a Dios. E, igualmente, redimido por Jesús. Al mismo tiempo, por la creaturidad, el hombre es hermano de todas las creaturas, que “a su modo, sirven y conocen y obedecen a su Creador”. Y más, la expresión máxima de la fraternidad cósmica franciscana la encontramos en el Cántico de las Creaturas y en la propia vida y experiencia diaria de Francisco de Asís. Y la “minoridad” del hombre, que se revela en la miserabilidad y en el tejido de la maleza humana, pertenece al propio hombre.
El humanismo franciscano, más que una doctrina o sistema de pensamiento o una estructura y organización socio-política es una comprensión de la vida, un estilo de vida, un comportamiento y un modo de tratar y de comprender al mundo, a todos los seres y a los otros. En verdad, es un humanismo real, que destaca las relaciones interpersonales del hombre con todas las personas humanas, consideradas fundamentalmente como personas, creadas por Dios y redimidas por Jesucristo: es la fraternidad universal. Y destaca las relaciones fraternas del hombre con todos los seres y entes, considerados fundamentalmente creaturas, y la fraternidad cósmica.
La comprensión franciscana del mundo y del hombre va más allá de las relaciones
con los seres y entes en el sentido estético, romántico y político. Sobrepasa igualmente al racionalismo y al discurso ideológico y ontológico. Por encima de todo, la visión franciscana de la vida es una experiencia fraterna de la vida y de la existencia personal y comunitaria frente a los hombres, los seres, las cosas, frente a los acontecimientos y frente a Dios. Es una relación cara a cara, inmediata -y concreta. Es una forma real e iluminada de vivir y convivir. Es un modo vital de realizar la paz, la justicia y la ecología, como experiencia y como perspectiva, como cultura y como utopía.
“La relación franciscana con el tú, con la comunidad, con Dios, con la historia y con
la naturaleza no se reduce a una bella expresión y explicación fenomenológica (...), sino que tiene una connotación mística de participación”. Pues el pensamiento franciscano brota de una experiencia personal y comunitaria con Dios y con el mundo. Con Dios, que se revela como Absoluto y Señor, como Bien y Sumo Bien, en el orden de la vida, de la acción, de la contemplación y de la reflexión.
Responde a las siguientes preguntas
1.       ¿Cuál es la comprensión humana del hombre (Varón o mujer) por parte del seráfico Padre San Francisco de Asís?
2.      ¿Qué es el humanismo Franciscano?
3.      ¿Qué dicen las corrientes filosóficas respecto al hombre?

4.      ¿En que radica el modelo antropológico del hombre con respecto a Dios?

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