Cómo reparó la iglesia de San Damián
La primera obra que emprendió el bienaventurado Francisco al sentirse libre de la mano de su padre carnal fue la
construcción de una casa al Señor; pero no
pretende edificar una nueva; repara la antigua, remoza la
vieja.
No arranca el cimiento sino que edifica sobre él, dejando siempre, sin advertirlo, tal prerrogativa para Cristo: Nadie puede poner otro fundamento sino el que está puesto, que
es Jesucristo.
Como hubiese retornado al lugar
donde, según se ha dicho, fue construida antiguamente la
iglesia de San Damián, la restauró con sumo interés en poco tiempo, ayudado de
la gracia del Altísimo.
Este es el lugar bendito y santo en el que felizmente inició la
gloriosa religión y la eminentísima Orden de señoras pobres y
santas vírgenes por obra del bienaventurado Francisco, unos seis años después de su conversión.
Fue aquí donde la señora Clara, originaria de Asís, como piedra preciosísima y fortísima, se
constituyó en fundamento de las restantes piedras superpuestas.
Cuando, después
de iniciada la Orden de los hermanos, ella, por los consejos del Santo,
se convirtió al Señor, sirvió para el progreso de muchos y como ejemplo a incontables.
1. ¿Por qué Francisco se sintió libre de obrar?
2. ¿Por qué Francisco no destruyó la iglesia para construir otra
mejor?
3. Si tu vida es la iglesia de San Damián ¿Qué es aquello que tendrías
que reconstruir y aquello que tendrías que dejar?
4. ¿Qué es aquello que te impide hacer obras buenas en la vida?
Enuméralas.
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