A la noche siguiente de haber dado sus
vestidos al caballero noble pero pobre, cuando Francisco estaba sumergido en
profundo sueño, la clemencia divina le mostró un precioso y grande palacio, en
que se podían apreciar toda clase de armas militares, marcadas con la señal de
la cruz de Cristo, dándosele a entender con ello que la misericordia
ejercitada, por amor al gran Rey, con aquel pobre caballero sería galardonada
con una recompensa incomparable. Y como Francisco preguntara para quién sería
el palacio con aquellas armas, una voz de lo alto le aseguró que estaba reservado
para él y sus caballeros. Al despertar por la mañana, como todavía no estaba
familiarizado su espíritu en
descubrir el secreto de los misterios
divinos, pensó que aquella insólita visión sería pronóstico de gran prosperidad
en su vida. Animado con ello y desconociendo aún los designios divinos, se
propuso dirigirse a la Pulla con intención de ponerse al servicio de un gentil conde,
Gualterio de Brienne, que estaba al frente de las milicias de Inocencio III, y
conseguir así la gloria militar que le presagiaba la visión contemplada.
Emprendió poco después el viaje, dirigiéndose a Espoleto, y he aquí que de
noche oyó al Señor que le hablaba familiarmente: «Francisco, ¿quién piensas podrá beneficiarte más: el señor o el siervo,
el rico o el pobre?» A lo que contestó Francisco que, sin duda, el señor y
el rico. Prosiguió la voz del Señor: «¿Por
qué entonces abandonas al Señor por el siervo y por un pobre hombre dejas a un
Dios rico?» Contestó Francisco: «¿Qué quieres, Señor, que haga?» Y el Señor
le dijo: «Vuélvete a tu tierra, porque
la visión que has tenido es figura de una realidad espiritual que se ha de
cumplir en ti no por humana, sino por divina disposición».
Al despuntar el nuevo día, lleno de seguridad
y gozo, vuelve apresuradamente a Asís, y, convertido ya en modelo de
obediencia, espera que el Señor le descubra su voluntad. Desentendiéndose desde
entonces de la vida agitada del comercio, suplicaba devotamente a la divina
clemencia se dignara manifestarle lo que debía hacer
ACTIVIDAD:
Analiza,
Reflexiona y Responda:
- Narra
brevemente la Noche de Espoleto
- ¿Qué
le dijo la misteriosa voz a Francisco?
- ¿Cuál
fue la respuesta de francisco?
- ¿Qué
sucedió cuando Francisco regreso a su tierra? ¿Qué problemas tuvo que
enfrentar?
- ¿A
qué atribuyes tú el cambio tan repentino que se obró en Francisco durante
- la noche del Espoleto?
- ¿Qué valor puede tener la reflexión, el silencio y la oración en los momentos de decisión?
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