domingo, 2 de noviembre de 2014

5to. ORACIONES DE SAN FRANCISCO

ORACIONES DE SAN FRANCISCO
San Francisco es conocido como el hombre que más se asemejó a Cristo, “el primero después del único”, como el hermano universal, como un hombre de paz y de reconciliación, como el Poverello, el amante de los pobres, el cantor de la creación. Es verdad. Pero Francisco de Asís es ante todo un místico, un verdadero contemplativo, un enamorado de Cristo, pobre y crucificado. Francisco no es solo un hombre que reza, sino, como dice su biógrafo Tomás de Celano, es un “hombre hecho oración”. La presencia de Dios lo transfigura, hasta convertirlo en “otro Cristo”.

ORACIÓN ANTE EL CRISTO DE SAN DAMIÁN
Sumo y glorioso Dios, ilumina las tinieblas de mi corazón y dame fe recta, esperanza cierta y caridad perfecta, sentido y conocimiento. Señor, para que cumpla tu santo y veraz mandamiento.

SALUDO A LAS VIRTUDES
¡Salve, reina sabiduría, el Señor te salve con tu hermana la santa pura simplicidad!
¡Señora santa pobreza, el Señor te salve con tu hermana la santa humildad!
¡Señora santa caridad, el Señor te salve con tu hermana la santa obediencia!
¡Santísimas virtudes, a todas os salve el Señor, de quien venís y procedéis!
No hay absolutamente nadie en el mundo entero que pueda poseer una de vosotras si antes no muere a sí mismo.
Quien posee una y no ofende a las otras, las posee todas. Y quien ofende a una, ninguna posee y a todas ofende. Y cada una confunde a los vicios y pecados.
La santa sabiduría confunde a Satanás y a toda su malicia. La pura santa simplicidad confunde a toda la sabiduría de este mundo y a la sabiduría del cuerpo.
La santa pobreza confunde a la codicia y la avaricia y a las preocupaciones de este mundo.
La santa humildad confunde a la soberbia y a todos los hombres del mundo, y a todo lo que hay en el mundo.
La santa caridad confunde a todas las tentaciones diabólicas y carnales y a todos los temores camales.
La santa obediencia confunde a todos los propios quereres corporales y carnales; y mantiene mortificado su cuerpo para obedecer al espíritu y para obedecer a su hermano, y está sujeto y sometido a todos los hombres que hay en el mundo; y no sólo a los hombres, sino también a todas las bestias y fieras, para que, en cuanto les sea dado de lo alto por el Señor, puedan hacer de él lo que quieran.

SALUDO A LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA
¡Salve, Señora, santa Reina, santa Madre de Dios, María, virgen hecha iglesia, elegida por el santísimo Padre del cielo, consagrada por él con su santísimo Hijo amado y el Espíritu Santo Defensor, en ti estuvo y está toda la plenitud de la gracia y todo bien! ¡Salve, palacio de Dios! ¡Salve, tabernáculo suyo! ¡Salve, casa suya! ¡Salve, vestidura suya! ¡Salve, esclava suya! ¡Salve, Madre suya! Y, ¡salve, todas vosotras santas virtudes, que, por la gracia e iluminación del Espíritu Santo, sois infundidas en los corazones de los fíeles, para hacerlos, de infieles, fieles a Dios!

ALABANZAS AL DIOS ALTÍSIMO
Tú eres el santo Señor Dios único, el que haces maravillas.
Tú eres el fuerte, tu eres el grande, tú eres el altísimo, tú eres el rey omnipotente; tú Padre santo, rey del cielo y de la tierra.

Soy Franciscano de corazón y convicción
Tú eres el trino y uno, Señor Dios de los dioses; tú eres el bien, el todo bien, el sumo bien, Señor Dios vivo y verdadero. Tú eres el amor, la caridad; tú eres la sabiduría, tú eres la humildad, tú eres la paciencia, tú eres la belleza, tú eres la mansedumbre; tú eres la seguridad, tú eres el descanso, tú eres el gozo, tú eres nuestra esperanza y alegría, tú eres la justicia, tú eres la templanza, tú eres toda nuestra riqueza a satisfacción. Tú eres la belleza, tú eres la mansedumbre, tú eres el protector, tú eres nuestro custodio y defensor; tú eres la fortaleza, tú eres el refrigerio. Tú eres nuestra esperanza, tú eres nuestra fe, tú eres nuestra caridad, tú eres toda nuestra dulzura, tú eres nuestra vida eterna, grande y admirable Señor, Dios omnipotente, misericordioso
Salvador.

CÁNTICO DE LAS CRIATURAS
Altísimo, omnipotente, buen Señor, tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición. A ti solo, Altísimo, te corresponden y ningún hombre es digno de pronunciar tu nombre.
Loado seas, mi Señor, con todas tus criaturas, especialmente el señor hermano sol, él es el día y por él nos alumbras; y es bello y radiante con gran esplendor: de ti. Altísimo, lleva significación.
Loado seas, mi Señor, por la hermana luna y las estrellas: en el cielo las has formado claras y preciosas y bellas.
Loado seas, mi Señor, por el hermano viento, y por el aire y el nublado y el sereno y todo tiempo, por el cual a tus criaturas das sustento.
Loado seas, mi Señor, por la hermana agua, que es muy útil y humilde y preciosa y casta.
Loado seas, mi Señor, por el hermano fuego, por el cual alumbras la noche: y es bello y alegre y robusto y fuerte.
Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la madre tierra, que nos sustenta y gobierna y produce distintos frutos con flores de colores y hierbas.
Loado seas, mi Señor, por los que perdonan por tu amor y sufren enfermedad y tribulación.
Bienaventurados aquellos que las sufren en paz, pues por ti, Altísimo, coronados serán.
Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la muerte corporal de la cual ningún hombre vivo puede escapar. ¡Ay de aquellos que morirán en pecado mortal!
Bienaventurados los que encontrará en tu santísima voluntad, pues la muerte segunda no les hará mal.

Load y bendecid a mi Señor, y dadle gracias y servidle con gran humildad.

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