Amor a Dios y a toda la creación
San Francisco, a pesar de los dolores que le producían las
llagas de los estigmas, emprendió nuevos viajes, ahora en burro, por las
ciudades a anunciar la Buena Nueva del Señor: la formación del Reino.
En 1225 se encontraba de regreso en Asís, fue acogido con
alegría, pero él estaba cansado y sufriendo muchísimo, en especial por dolores
en los ojos. Fray Elías lo hizo asistir y curar por cuatro hermanos de su
confianza. Francisco, que rechazaba cualquier cuidado y privilegio, terminó
aceptando, por obediencia a fray Elías, el tratamiento con un famoso oculista.
Por el grado avanzado de la enfermedad y el intenso dolor, tuvo que ser enviado
a Rieti, para tratarse con otro oculista pero antes quiso detenerse en San
Damián para saludar a Clara y las demás hermanas. Continuó su viaje y antes de
llegar a Rieti, se detuvo en la casa del rector de la Iglesia de San Fabián,
para evitar las acogidas clamorosas de la población.
San Francisco habría compuesto el Cántico de las Creaturas
un año antes de su muerte. Además de ser la expresión más espiritual y mística
de un santo, es uno de los textos con mayor significado de la literatura
italiana de la época.
Es importante destacar que cuando compuso el Cántico de las
Creaturas, no podía ver la luz del sol ni el fuego en la noche, contribuyendo a
verificar el grado de contemplación que tenía. Se cuenta que aún en el mismo
lecho de la muerte, Francisco cantaba las alabanzas al Señor y pedía a sus
hermanos presentes que cantaran con él, para olvidarse de los dolores.
CÁNTICO DE LAS CREATURAS
¡Altísimo, Omnipotente,
Buen Señor!
Tuyas son las alabanzas y
la gloria y el honor
y toda bendición.
A ti solamente, ¡Oh
Altísimo!, corresponden;
y hombre alguno es digno
de pronunciar tu nombre.
Loado seas, Señor Mío, por
todas las criaturas,
especialmente por mi señor
Hermano el Sol;
pues por él haces el día y
nos alumbras.
Y él es bello y radiante
con gran esplendor;
y de Ti. Altísimo, lleva
la significación.
Loado seas, Señor mío, por
el Hermano Viento
y por el Aire y la Nube,
por la Hermana Luna y las Estrellas;
en el cielo las has
formado esclarecidas, preciosas y bellas.
Loado seas, Señor mío, por
el Hermano Viento
y por el Aire y el Nublado
y el Sereno y todo tiempo
según el cual das a las
criaturas su sustento.
Loado seas, Señor mío, por
la hermana Agua,
la cual es muy útil y
humilde y preciosa y casta.
Loado seas, Señor mío, por
el Hermano Fuego,
por el cual alumbras la
noche; y es él bello y alegre
y robusto y fuerte.
Loado seas, mi Señor, por
la Hermana
nuestra Madre Tierra, la
cual nos sustenta y gobierna,
y produce frutos diversos,
con coloridas flores y hierba.
Loado seas, Señor mío, por
aquello que por tu amor perdonan
y sostienen enfermedad y
tribulación.
Bienaventurados los que se
sostienen en paz;
porque, por Ti, ¡oh
Altísimo!, han de ser coronados. 40
han de ser coronados
Loado seas, Señor mío, por
nuestra Hermana
la muerte corporal, de la
cual hombre alguno
podrá escapar.
Y ¡ay de aquellos que
morirán en pecado mortal!
Y Bienaventurados aquéllos
a quienes encontrará haciendo
tu santísima voluntad que
la muerte segunda no les hará daño.
¡Load y bendecid a mi
Señor, y dadle gracias
y servidle con grande
humildad!
Para resolver:
1. Lee atentamente el Cántico de las creaturas del Blogspot.
Elige uno de los párrafos del Cántico a la Creaturas que más te llame la
atención y escribe por qué te llama la
atención
2. Investiga acerca de las actividades ecológicas que
realizan los hermanos franciscanos.
3. ¿En qué circunstancias escribió San Francisco el Cántico
de las creaturas?
4. Escribe el Cantico de las creaturas en tu cuaderno.
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