lunes, 19 de mayo de 2014

3° ESM "Francisco y los musulmanes"


Francisco y los musulmanes: Testimonio de vida. Después de varios intentos fallidos de propagar la fe en Cristo por Tierra Santa, se dirigió, en junio de 1219, a Siria, para estar en la presencia del sultán de Egipto. Con aquella decisión, se expuso a muchos peligros, pues los cristianos eran perseguidos en tierras musulmanes, todo por las guerras de las Cruzadas, para reconquistar Tierra Santa. En medio de las batallas, donde ir de un frente cristiano a uno sarraceno (musulmán), o viceversa, era tan peligroso que el único resultado lógico era obtener la muerte, Francisco, junto a unos pocos hermanos, se encamina hacia la presencia del sultán. En el camino, estuvieron frente a la presencia de guardias sarracenos, que prácticamente se lanzaron contra ellos como lobos hacia las ovejas y los trataron con crueldad. Después los llevaron a la presencia del sultán y para hacerlo, el jefe les preguntó cuál era su objetivo, quién los había enviado y cómo habían podido llegar hasta allí. Francisco se negó responderles, que sólo le respondería eso al sultán. El jefe se acercó al sultán y a los pocos minutos el jefe los hizo pasar a una gran sala, el sultán había aceptado entrevistarse con ellos.
Francisco le respondió al sultán con suma humildad y simplicidad:
— Vengo mandado por el Dios Altísimo, no por hombre alguno para mostrar el camino de la salvación a ti, a tu pueblo y anunciar la verdad del Evangelio de Cristo
—El sultán se quedó maravillado de la personalidad de San Francisco y le dio permiso para hablar a sus súbditos. Francisco así lo hizo, les habló a los musulmanes que dejaran su fe en Alá y abrazaran la fe en Jesucristo pero sin ningún resultado.
— Quédate con nosotros — le dijo el Sultán —. Quedarás libre para rezar a tu Dios como mejor quieras.
— De mil amores — respondió Francisco—, pero con condición de que tú y tu gente acepten convertirse a Cristo. Se dio después cuenta la dificultad, e imposibilidad, de convencer a los musulmanes de Egipto de que aceptaran el Evangelio de Jesús, así que decidió retirarse de allí. El sultán, para consolarlo, le ofreció algunos regalos como telas, oro y plata. Pero francisco no aceptó y se fue.
EL sultán, en vez de molestarse, se quedó apenado y le dijo:
— No te olvides de mí en tus oraciones.
Cuando Francisco salió de aquel lugar, se unió a sus hermanos que lo esperaban. Yendo por el camino, se oída en la lejanía, gritos de guerra y el sonido metálico de las espadas que chocaban entre sí. Con tristeza, Francisco le dijo a sus hermanos:
— Vámonos. Nosotros no estamos hechos para permanecer en medio de las guerras. El sultán le concedió libre paso por Siria, sin que pague tributos a las autoridades musulmanas. Los hermanos que se quedaron en aquellas zonas, y en especial en Tierra Santa, se volvieron fieles custodios de los lugares que presenciaron la existencia de Cristo, por ellos, actualmente, les están confiadas 180 santuarios o iglesias, 78 conventos, 58 parroquias y numerosas escuelas y obras sociales.

Responde a las Preguntas

1.    ¿Qué guerra se libraba entre los sarracenos y los cristianos?
2.    ¿Cómo fue tratado S. Francisco por los sarracenos?
3.    ¿Qué le respondió el Sultán  a San Francisco cuando éste le preguntó quién lo enviaba?
4.    ¿Qué impresión causó en el sultán San Francisco?
5.    ¿Qué pidió San Francisco a los sarracenos y que resultados obtuvo?
6.    ¿Qué le dijo el Sultán a Francisco cuando este se negó a recibir los regalos que le hacían?
7.    ¿Qué pasó con los hermanos que se quedaron en tierra Santa?

8.    Actualmente ¿Qué le ha sido confiado a los hermanaos Franciscanos en tierra santa? 

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