Todos sabemos lo que
se siente cuando perdemos a alguien para siempre. De una u otra manera nos ha
tocado pasar por eso y vivenciarlo. A la etapa que pasamos durante un suceso
desagradable de perder a una persona querida se le llama duelo. Podemos
definir el duelo como una reacción o proceso emocional por el que pasa una
persona ante la muerte de un ser querido. Es un conjunto de fenómenos
psicológicos que se dan a nivel cognitivo, conductual y emocional, y que se
desencadenan en el doliente ante todo tipo de pérdida. La verdad es que cuando
muere una persona muy cercana a nosotros esto nos genera un malestar, una
secuencia de estrés y tristeza; para poder sobrellevarlo y atravesar este
síndrome de adaptación surge el fenómeno conocido como periodo de duelo.
El síntoma que caracteriza la pérdida de un ser querido y el más habitual es la
tristeza. Esto es algo perfectamente normal, siempre dentro de unos límites
establecidos, pues una reacción excesivamente depresiva e intensa puede dar
lugar a lo que se conoce con el nombre de duelo patológico. Hemos de
tener en cuenta que según sea la muerte del ser querido y las circunstancias,
así vamos a reaccionar y nos va a afectar. Por ejemplo no actuaremos igual ante
la muerte de una persona muy anciana que por su avanzada edad esperamos de una
manera más realista que pueda morir pronto. En esta situación es doloroso pero
la reacción es distinta puesto que tenemos creadas unas expectativas de esa
situación. Diferente es la muerte de una persona joven ante una enfermedad
terminal en la cual siempre se tienen esperanzas y expectativas de vida, o una
persona joven ante un accidente cuya muerte es repentina. Aquí nuestra forma de
reaccionar es diferente y pasa por sus fases de una forma más lenta
Cantando
alabanzas a la “Hermana Muerte”.- El mismo Señor
Jesucristo le dejó impreso en el cuerpo los sagrados estigmas de la Pasión dos
años antes de su muerte. En su última enfermedad, quería Francisco que Fray
Ángelo y Fray León permaneciesen junto a su lecho para cantar las alabanzas de
la “Hermana Muerte”. A quienes se escandalizaban, respondía: “Por una gracia
del Espíritu Santo, me siento tan profundamente unido a mi Señor Dios, que no
puedo dejar de alegrarme en Él”. “Por fin, habiéndose realizado en él todos los
planes de Dios, el bienaventurado se durmió en el Señor, rezando y cantando un
Salmo” 15, el día 3 de octubre de 1226, a los 45 años, siendo canonizado apenas
dos años después.
La hermana
muerte.- Sintiéndose enfermo, pregunta al médico, sobre la
gravedad de su enfermedad. El médico le responde: "Morirás muy pronto,
pues tu mal no tiene cura'. Reacción gozosa: "¡Bienvenida la hermana
muerte ". Después mandó llamar a los cantores para que entonaran con él la
nueva estrofa que había compuesto: "Alabado seas, mí Señor, por nuestra
hermana muerte corporal, de quien ningún hombre viviente puede escapar.
¡Ay de aquellos que mueren en pecado mortal! ¡Bienaventurados los
que encuentres cumpliendo tu muy santa voluntad, pues la muerte segunda no
los hará mal". Los hermanos cantan el himno de las hermanas criaturas.
Francisco, con voz apagada, les seguía muy alegre. A la petición del superior
de que callase, le responde, que el canto ahuyenta mis dolores y celebro la
llegada de mi Dios.
Es el año 1226, sábado
3 de octubre, después del atardecer, Francisco espera la llegada de la hermana
muerte. Dice a los frailes: "cuando viesen que se acerca mi muerte,
colocadme desnudo en el suelo y dejad tendido el cuerpo ya difunto en un gran
espacio, tan largo como cuanto se necesita para caminar pausadamente una
milla" (T. Cel. 216). "Reunidos allí todos los religiosos cuyo
fundador y padre era, mientras presenciaban y aguardaban con religiosa ansiedad
el fin Dichoso y bienaventurado, sintióse aquella santísima alma libre ya de
las ataduras de la carne y absorbida en el abismo de la eterna claridad, y el
cuerpo durmióse en el Señor" (T Cel. II).
"Las alondras se
dirigieron al techo de la cabaña y largamente revolotearon alrededor con gran
chirrío, mostraron con el canto, no sabemos si gozo o tristeza" (Celano).
En la mañana del domingo 4 de octubre de 1226 un cortejo triunfal, después de
las sagradas exequias, acompaña el transporte del cuerpo del Santo.
- ¿Cómo se le dice a la etapa que pasamos
durante un suceso triste de perder a una persona querida?
- ¿Qué pidió Francisco a Fray Ángelo y Fray León
junto a su lecho de muerte?
- ¿Cuándo murió San Francisco y a qué edad?
- ¿Cuál fue la reacción de San Francisco al
saber que moriría muy pronto?
- ¿Qué sucedió con las alondras cuándo murió San
Francisco?
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