El Franciscanismo rescata una serie de
principios y valores que la sociedad en la cual vivimos, no solo ha rechazado sino que ha negado. La visión
franciscana del mundo reclama una cultura de del aquí estoy, del cuenta conmigo y rechaza todo comportamiento
deshumanizante, hoy plasmado en la subcultura de la indiferencia y de la no presencia.
Las sociedades actuales están formando a
nuestros niños y jóvenes a apreciar lo pasajero y los temporal: compromisos pasajeros; amores
por momentos; pasiones por lo trivial y lo efímero frente a la pasión por lo duradero, lo experiencial y lo
vital. Hemos llevado a los niños y a los
jóvenes a un enorme individualismo, convirtiéndolos en muchas ocasiones en personas indiferentes, emocionalmente frías e
incomunicadas a pesar de tanta tecnología que las rodea. Los hemos convertido en personas exigentes e
intolerantes ante nosotros mismos, ante sus padres y su entorno.
Mediante el diálogo, la escuela franciscana está
llamada a RESCATAR entre otros El profundo
sentido de entender la familia como un tesoro y el de recomponer los vínculos que se han
roto entre la familia y la educación
escolar, pues si la familia no está vinculada con la escuela, lo que ésta
enseña, aquella lo borra.
Educar para la vida es propiciar una pedagogía
de acercamiento; es proponer una pedagogía en movimiento y sugerir un humanismo misericordioso.
La educación franciscana debe RESCATAR una
visión positiva de la belleza de la vida y de la felicidad. Necesitamos
indiscutiblemente, construir una nueva cultura de la fiesta, de la felicidad y
de la belleza
LA
EXCLUSIÓN:
La exclusión de la que han sido víctimas la
mayoría de los sectores sociales ha marcado una ola de violencia histórica que se refleja cotidianamente en
los barrios, en la familia, en las relaciones de pareja, en la escuela y hasta en el parque que está cerca del
colegio. Las dificultades para expresarse: Los niños y los jóvenes no siempre
pueden expresarse libremente, ni mucho menos compartir sus experiencias y sus
diversos gustos sobre la música, la moda, el deporte, la orientación sexual y
las culturas juveniles, entre otros.
La falta
de tolerancia:
Muchos conflictos entre estudiantes se generan
principalmente por la falta de tolerancia frente a las diferentes sub-culturas juveniles y en especial frente a
la realidad de cada uno de ellos, si son muy altos o muy bajitos; si son gordos o flacos; si son blancos, negros o
indios; si estudian y dan rendimiento; si les gusta la música, la danza, la
pintura o la poesía etc.
Las
diferencias culturales:
Peleas entre los grupos por sus tendencias
musicales, por sus preferencias deportivas o por ser fans de determinadas
personas, grupos o por instituciones sociales, políticas y religiosas.
Pobreza y
marginalidad:
La pobreza y marginalidad que enfrentan cientos
de hogares de nuestros colegios y la vulneración de los derechos económicos, sociales y culturales.
Por ejemplo, padres y madres de familia que no cuentan con condiciones dignas de trabajo: salario digno,
jornada laboral adecuada, contratos que permitan estabilidad, posibilidad de asociación, entre otras. Esta
vulneración de derechos incide de manera directa en dinámicas escolares.
La
violencia intrafamiliar:
El maltrato a los niños y el abandono de uno de
los padres. Frente a esta problemática vemos que las mujeres son víctimas de violencia y agresión
psicológica, física, sexual y económica por parte de sus parejas; también los niños y niñas son víctimas de maltrato
infantil por parte de sus padres o cuidadores primordiales.
c) Francisco renuncia a las riquezas y al poder.
Se debe renunciar a todo tipo de
dominio, porque la riqueza y el poder crean la diferencia impidiendo la
construcción de la fraternidad. La minoridad es hacerse pequeños, por más grandes
que seamos, entre los hermanos, es servir al prójimo y obedecer a la autoridad.
El pedagogo franciscano es servidor de sus discípulos y su pedagogía consiste
en servir, es decir, enseñando con el ejemplo lo que todo hombre debe hacer: servir
a los demás, es la forma más auténtica de amar al prójimo. “No vine
a abolir las leyes sino a darles plenitud” (abrazo
con el leproso)
Debemos de trazar nuevos caminos
para enfrentarla subcultura de la exclusión y entrar en otra nueva,
la cultura franciscana de la inclusión.
Contesta las siguientes
preguntas
- ¿Cómo están formando hoy en día las nuevas sociedades a los niños y
jóvenes?
- ¿De qué manera el franciscano puede rescatar el
sentido de familia?
- Que es lo que la educación franciscana debe RESCATAR?
- ¿De
qué manera se manifiesta la exclusión
- ¿Cómo
afecta la falta de tolerancia a los jóvenes?
- ¿Qué
dice San Francisco respecto a la riqueza y el poder?
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