No soñaba entonces el joven convertido con ser fundador de una
Orden nueva. Su vida penitente, tan opuesta a sus costumbres de antaño, sólo
suscitó al principio compasión y burla. Sin embargo los espíritus reflexivos
vieron en él los caracteres de la santidad verdadera y pronto se vio rodeado de
discípulos; fue el primero Bernardo de Quintavalle, que no vaciló en vender
todos sus bienes y distribuirlos entre los pobres; y luego Pedro Catáneo.
Tomaron el mismo hábito que Francisco y vivieron con él, esforzándose en seguir
a la letra los consejos evangélicos (2).
Francisco,
Bernardo y Pedro se instalaron en Rivo Torto, donde se les unió Fray Gil,
también de Asís. A pesar de las burlas y befas de sus conciudadanos, los nuevos
penitentes formaron un pequeño grupo que poco a poco fue en aumento. Comprendió
Francisco que a cada momento necesitaba una norma de vida algo más precisa, y
sencillamente, y en pocas palabras, redactó una Regla para sí y los suyos,
utilizando preferentemente las palabras del Evangelio, cuya perfección era su
aspiración única; y con sus compañeros, ya en número de once, se dirigió a Roma
en busca de la aprobación pontificia. Viva fue la oposición del Sacro Colegio
de Cardenales contra aquel lego, que con sobrada facilidad abandonaba las
formas tradicionales de vida religiosa; pero las prudentes palabras del
Cardenal Juan de San Pablo disiparon las dudas del Papa. Inocencio III
reconoció en Francisco al hombre de Dios; lo abrazó, aprobó verbalmente su
Regla, y le dio autorización para predicar penitencia.
Idéntico privilegio se concedió a sus discípulos, pero condicionado a la previa
autorización de Francisco. Finalmente, el Papa le invitó a volver cuando el
número de sus frailes hubiese aumentado. El Santo prometió obediencia al
Vicario de Jesucristo, y los demás frailes la prometieron a Francisco. Fue
ésta la primera profesión de la Orden (3).
De
vuelta a Asís, a principios de la Cuaresma de 1212, Francisco fundó con Clara
de Asís, jovencita de dieciocho años de edad, una segunda Orden, la de las Damas
Pobres.
Responde en tu cuaderno de trabajo a las siguientes preguntas:
1.
¿Quiénes fueron los dos primeros compañeros
de Francisco?
2.
¿Que vieron en Francisco los primeros su primeros compañeros?
3.
¿Por qué crees que la gente se burlaba de
Francisco y sus primeros compañeros?
4.
Explica en pocas palabras que era “La Regla”
5.
Porque Francisco encontró viva fue la oposición del Sacro Colegio de Cardenales contra
aquel él y su Orden?
6.
¿Cuál fue el privilegio que le concedió el
Papa Inocencio III, a Francisco?
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