Según datos del Programa de Desarrollo de la
Naciones Unidas, mientras el 20% más rico de la población mundial dispone del
85% de la riqueza, el 20% más pobre se conforma tan sólo con el 1,4% de la
misma. Los datos incluyen una escandalosa desproporción: los ingresos de las
360 personas más ricas del mundo equivalen a los del 45% de la población mundial
más pobre. Mientras los mercados financieros globalizados cumplen en su virtualidad
la profecía de Pío XI quien en 1931 alertaba sobre el “imperialismo
internacional del dinero”, más países se debaten en la más cruel
indigencia. Si hasta no hace mucho la cuestión social se planteaba en la
tensión entre el capital y el trabajo, entre patrones y obreros, las actuales
circunstancias parecen marcar un dilema mucho más cínico y primitivo: el debate
hoy es entre la exclusión y la inclusión. Estar adentro o estar afuera del que
aparece como el único sistema viable, pero que se traduce en sobrevivir o
morir. Gustavo Gutiérrez ha hablado, últimamente, de la “insignificancia” de
los pobres: ellos ya no significan nada, más que un frío dato estadístico que
da cuenta de cómo crece. La Iglesia está llamada a hacerse cargo del inmenso dolor
de los pobres y excluidos, sabiendo que en ello radica tanto su fidelidad al
Evangelio como su credibilidad histórica. La cuestión de los pobres debe estar
en el corazón de la Iglesia, desde la proclamación de las bienaventuranzas
hasta nuestros días. Antes de pensar qué hacer la Iglesia debe responder: dónde
piensa estar. La presencia de los pobres se transforma así en el primer
mandamiento social de los cristianos, si es que con su vida quieren dar
testimonio de aquel Dios que nos lo relata la Escritura escucha el clamor de
los que sufren y termina identificándose con ellos en la cruz. Del lado de las
víctimas. No de los victimarios.
1.
REALIDAD SOCIAL
1 1.
Globalización
El fenómeno de la globalización, que es
irreversible, tiene implicaciones sociales, económicas, políticas, culturales,
ideológicas y militares. Puede tener efectos positivos, como la multiplicación
de las redes de comunicación y de solidaridad. Sin embargo, es una
globalización neoliberal y económica e incrementa la desigualdad entre ricos y
pobres. Frente a esta realidad debemos impulsar a desarrollar una globalización
alternativa que defienda la vida amenazada de los excluidos y marginados, promueva
los derechos humanos, sociales, étnicos y culturales, genere estructuras de
denuncia, crea y fortalezca redes solidarias en todos los ámbitos de la vida
humana y social
*Según datos del Programa de Desarrollo de la
Naciones Unidas ¿Cómo está distribuida la riqueza?
*A que se refería el Papa Pío XI, respecto al “imperialismo internacional
del dinero”?
*¿Cuál debe ser el papel de la iglesia respecto
al inmenso dolor de los pobres y excluidos?
*¿Cuáles son las ventajas y desventajas de la
globalización?
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