domingo, 16 de marzo de 2014

Tercero ESM "ENCUENTRO CON EL LEPROSO"

ENCUENTRO CON EL LEPROSO
Al llegar a Espoleto (pocos kilómetros al sur de Asís), Francisco nuevamente enfermó, y tuvo una visión que descompaginó para siempre sus sueños de gloria. El aviso recibido del Señor se refería al tipo de vida que seguía y los ideales por los que hasta entonces suspiraba.
— “Francisco — le dijo la voz misteriosa de la visión —, ¿adónde vas?
— A la Apulia, a luchar...
— Dime, ¿quién te puede compensar mejor, el Señor o el siervo?
— Naturalmente, el Señor.
— Entonces. ¿Por qué sigues a siervo y no al Señor?
— ¿Qué tengo que hacer?
— Vuelve a Asís, y allí todo lo entenderás”.
A la mañana siguiente Francisco regresó a Asís. Días después mientras Francisco iba a caballo por los campos de Asís, se topó con alguien que siempre veía en sus visitas a los enfermos del Hospital de San Salvador de las Paredes: un leproso. La actitud de Francisco, siempre que los visitaba, se aparataba de ellos, pues eran consideramos lo peor de la sociedad, al punto que, cuando estaban en la calle, debían hacer tocar una campanilla para que las personas supieran que había una persona con lepra en el camino, eran, pues, los marginados de la sociedad.
Pero en este caso, Francisco, que se había pasado de largo pero una fuerza le hizo frenar al caballo y bajó de él. Reflexionó su conducta y buscó dentro de sí mismo la fuerza que en él había germinado después del diálogo con Dios. Se acercó al leproso con un poco de miedo, sentimiento normal para Francisco y el leproso, miedo a la infección y miedo al rechazo. Francisco, abriendo primero los brazos, abrazó al leproso y lo besó como si se tratara de su hermano. Francisco lo veía con ojos cariñosos, aunque el miedo y la repugnancia habitual aún habitaban por carne mal oliente y deformada. Montó su caballo y dando riendas corrió lo más lejos que podía ir. Era el inicio de algo importante en su vida, que tiempo después escribió: «Lo que hasta entonces me parecía dulce, se me hizo amargo; y lo que me parecía amargo se me hizo dulce».

Para resolver:
1. Explica y/o comenta la frase que dijo al tiempo de su experiencia con el leproso.
2. Lee y colorea la historia que se encuentra en las siguientes páginas y escribe en tu cuaderno o fólder cuáles eran las actitudes de Francisco antes y después de la experiencia con el leproso.
3. Responde
¿Qué sentía Francisco por el leproso, tanto antes como después del encuentro con él?
¿A qué se refería con “amargo” y con “dulce”?
¿Quiénes son los “leprosos” de tu época?
¿Qué actitudes tienen frente a ellos? ¿Por qué?

¿Qué necesitarían para cambiar la actitud negativa? ¿Qué cosas para mantener la actitud positiva?

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