CONTEXTO HISTÓRICO QUE RODEO A SAN
FRANCISCO Y SANTA
CLARA
En el siglo XII se concretaron cambios fundamentales en la
sociedad de la época: el comienzo de las Cruzadas, el incremento demográfico y
la afluencia del oro, entre otros motivos, influyeron en el incremento del
comercio y el desarrollo de las ciudades. La economía seguía teniendo su base
fundamental en el campo dominado por el modo de producción feudal, pero los
excedentes de su producción se canalizaban con mayor dinamismo que en la Alta
Edad Media. Aunque todavía no se estaba produciendo una clara transición del
feudalismo al capitalismo y los estamentos privilegiados (nobleza y clero)
seguían siendo los dominantes, como lo fueron hasta la Edad Contemporánea, los
burgueses (artesanos, mercaderes, profesionales liberales y hombres de
negocios) comenzaban a tener posibilidades de ascenso social. La Iglesia,
protagonista de ese tiempo, también se vio influenciada: no eran pocas las
críticas a algunos de sus ministros que se preocupaban más por el crecimiento
patrimonial y sus relaciones políticas de conveniencia. Debido a ello, diversos
movimientos religiosos surgieron en rechazo al estado de la iglesia en esa
época o se dedicaron a vivir más de acuerdo a los postulados de una vida pobre
y evangélica. Algunos de ellos crecieron afuera de la institución y vivieron a
su manera; éstas fueron rechazadas hasta el punto de considerarlas herejes. Los
Cátaros, por ejemplo, predicaban entre otras cosas el rechazo a los
sacramentos, las imágenes y la cruz. Otras organizaciones como la creada por
Francisco de Asís, por el contrario, nacieron bajo sumisión a la autoridad
católica.
SANTA CLARA DE ASÍS
Clara nació en 1194, siendo bautizada en la catedral de San
Rufino, allí donde Francisco recibió el nombre de Juan. De su madre, Clara
aprendió los primeros rudimentos de la fe, la compasión por los pobres y el
gusto por la vida de piedad y de oración. Muy pronto comenzó a privarse de
alimentos para darlos a los pobres y, aunque lo hacía en forma oculta, la
noticia de su bondad se extendió a todo el pueblo. Es difícil determinar la
época del nacimiento de la vocación de Clara. Según su biógrafo, la vocación de
Clara está ligada al hecho de "haber oído hablar a Francisco, ya famoso,
que, como hombre nuevo, renovó el camino de la perfección, ya que ésta había
desaparecido del mundo". En el domingo de Ramos de 1212, Clara fue a la
Catedral para las ceremonias litúrgicas. Absorta en sus oraciones, no se
dirigió al obispo para buscar su ramo. El obispo, entonces, descendió de las
gradas del presbiterio y fue hasta Clara, depositando el ramo en sus manos.
Aquella misma noche, de acuerdo a lo convenido con Francisco, Clara huyó de la
casa, y dirigiéndose a la Porciúncula, deja que le cortaran el cabello, como
signo de la vida de penitencia que comenzaba. A partir de ese momento, Clara
fue conducida enseguida al monasterio de San Pablo, situado en las proximidades
de la actual Bastia, donde permaneció por algunos días. Ahí tuvo que enfrentar
a los parientes que querían llevarla de vuelta a su casa. Después de lo cual
fue llevada a otro monasterio benedictino, San Ángel de Panzo. Dieciséis días
después de su fuga a este monasterio, recibió a su hermana Inés. La furia de
los parientes se dirigió ahora, también en vano, contra Inés. La permanencia en
ese lugar fue igualmente corta. De ahí Clara se trasladó a San Damián, donde
permanecería hasta el fin de su vida. Durante los tres primeros años en San
Damián, Clara vivió bajo la directa dependencia de Francisco. El Concilio IV de
Letrán (1215) prohibió por decreto la fundación de nuevas órdenes. Cualquier
nueva fundación debería vivir según alguna Regla ya existente, o de san Benito
o de san Agustín. Así, pues, Clara debía adoptar la Regla benedictina como base
canónica. Como la vocación de Clara era vivir el Evangelio a la manera de san
Francisco y no a la manera de san Benito, ella consiguió del Papa Inocencio
III, en 1216, el privilegio de la pobreza; esto es, no obstante aceptar la
estructura benedictina, podía vivir la pobreza absoluta sin -posesiones ni
rentas.
SAN FRANCISCO DE ASÍS
Nació en Asís (Italia), el año 1182. Después de una juventud
disipada en diversiones, se convirtió, renunció a los bienes paternos y se
entregó de lleno a Dios. Abrazó la pobreza y vivió una vida evangélica,
predicando a todos el amor de Dios. Dio a sus seguidores unas sabias normas,
que luego fueron aprobadas por la Santa Sede. Inició también una Orden de
religiosas y un grupo de penitentes que vivían en el mundo, así como la
predicación entre los infieles. Murió el año 1226. Ciertamente no existe ningún
santo que sea tan popular como él tanto entre católicos como entre los
protestantes y aun entre los no cristianos. San Francisco de Asís cautivó la
imaginación de sus contemporáneos presentándoles la pobreza, la castidad y la
obediencia con la pureza y fuerza de un testimonio radical. Llegó a ser
conocido como el Pobre de Asís por su matrimonio con la Pobreza, su amor por
los pajarillos y toda la naturaleza. Todo ello refleja un alma en la que Dios
lo era todo sin división, un alma que se nutría de las verdades de la fe
católica y que se había entregado enteramente, no sólo a Cristo, sino a Cristo
crucificado. Su padre, Pedro Bernardone, era comerciante. El nombre de su madre
era Pica y algunos autores afirman que pertenecía a una noble familia de la
Provenza. Tanto el padre como la madre de Francisco eran personas acomodadas.
Pedro Bernardone comerciaba especialmente en Francia. Como se hallase en dicho
país cuando nació su hijo, las gentes le apodaron "Francesco" (el
francés), por más que en el bautismo recibió el nombre de Juan. En su juventud,
Francisco era muy dado a las románticas tradiciones caballerescas que
propagaban los trovadores. Disponía de dinero en abundancia y lo gastaba
pródigamente, con ostentación. Ni los negocios de su padre, ni los estudios le
interesaban mucho, sino el divertirse en cosas vanas que comúnmente se les
llama "gozar de la vida". Sin embargo, no era de costumbres
licenciosas y acostumbraba a ser muy generoso con los pobres que le pedían por
amor de Dios.
Reflexión: Actitud de desprendimiento y seguimiento a Cristo.
¿Qué piensas de la actitud de Clara?
¿Cómo era la amistad de San Francisco y Clara?
¿En qué se parece la época en que vivían San Francisco y
Clara con nuestra comunidad?
Mensaje Bíblico: Mc 10,21-22 (El joven rico)
ORACIÓN: Padre nuestro
Canto o dinámica:
LA PAZ (Huayno)
Escucha
Padre a tu pueblo, que te canta hoy,
Escucha
que te imploramos, por la salvación (2)
Que
hay entre los hombres, paz, amor y fé;
Que
cesen las guerras, el odio y la maldad (2)
Unidos
todos cantemos, ¡Viva el Señor!
Unidos
todos cantemos, ¡Queremos la Paz!
Queremos
la paz hermanos, que remos la Paz (2)
Actividades:
Elabora un
papelote con ilustraciones que revelen las semejanzas entre el modo de vida que
eligieron San Francisco y Clara y la que asumió Cristo. «El hombre de hoy
necesita la fe, la esperanza y la caridad de Francisco; necesita la alegría de
brota de la pobreza de espíritu, esto es, de una libertad interior».- Juan Pablo II, 11-II-03
LA FAMILIA DE SAN FRANCISCO Y
SANTA CLARA
FAMILIA DE SAN FRANCISCO Y DE
SANTA CLARA
Francisco nació en Asís, ciudad de Umbría, en el año 1182.
Su padre, Pedro Bernardone, era comerciante. El nombre de su madre era Pica y
algunos autores afirman que pertenecía a una noble familia de la Provenza.
Tanto el padre como la
madre de Francisco eran personas acomodadas. Pedro
Bernardone comerciaba especialmente en Francia. Como se hallase en dicho país
cuando nació su hijo, las gentes le apodaron "Francesco" (el francés),
por más que en el bautismo recibió el nombre de Juan. En su juventud, Francisco
era muy dado a las románticas tradiciones caballerescas que propagaban los
trovadores. Disponía de dinero en abundancia y lo gastaba pródigamente, con
ostentación. Ni los negocios de su padre, ni los estudios le interesaban mucho,
sino el divertirse en cosas vanas que comúnmente se les llama "gozar de la
vida". Sin embargo, no era de costumbres licenciosas y acostumbraba a ser
muy generoso con los pobres que le pedían por amor de Dios. Clara Favarone, de
noble familia asisiense, oyó desde su primera juventud la voz de Dios que la
llamaba por medio de la palabra desbordante de amor y celo de las almas de su
joven conciudadano S. Francisco de Asís. Con intuición femenina, afinada por la
gracia y la fragante inocencia de su alma, adivinó los quilates del espíritu de
aquel predicador, incomprendido si es que no despreciado por sus paisanos, que
había abandonado los senderos de la gloria humana y buscaba la divina con todos
los bríos de su corazón generoso. Y se puso bajo su dirección. Los coloquios
con el maestro florecieron en una decisión que pasma por la seguridad y firmeza
con que la llevó a la realidad. Renunciando a los ventajosos partidos
matrimoniales que le salían al paso y al brillante porvenir que el mundo le
brindaba, huyó de la casa paterna en la noche del Domingo de Ramos de 1211.
Ante el altar de la iglesita de Santa María de los Ángeles,
cuna de la Orden franciscana, Clara ofrendó a Dios la belleza de sus dieciocho
años, rodeada de San Francisco y sus primeros compañeros. Se vistió de ruda
túnica, abrazóse a dama Pobreza, de la que a imitación de su padre y maestro
haría su amiga inseparable, y se dedicó a la penitencia y al sacrificio. Su
tesón santo llegó a triunfar de los escrúpulos de la curia y del Papa, que
finalmente confirmó dos días antes de que la Santa muriera, la regla para su
Orden, en que se profesa la altísima pobreza que ella había aprendido del padre
San Francisco.
El bello gesto de Clara a los dieciocho años repicó en el
pecho de la juventud femenina de Asís con sones de alborada invitadora a seguir
las huellas de Jesucristo pobre. Primero su hermana Santa Inés, cuya entrada en
religión a los pocos días de la salida de Clara provocó en la familia Favarone
una tempestad más fiera aún, calmada milagrosamente, luego una multitud de
doncellas de la nobleza y del pueblo, más adelante Beatriz, su hermana mayor, e
incluso su propia madre, la noble matrona Ortolana, buscaron raudales de
pureza, de luz y sacrificio en el convento de San Damián bajo la obediencia y
maternal dirección de Clara, que aceptó el cargo de
abadesa obedeciendo al mandato de San Francisco.
Reflexión:
Reconstruir a la familia mediante reuniones y diálogo
dirigido:
¿Cómo se siente cada uno con su familia?
¿Qué espera cada uno de su familia?
¿En qué falla cada uno en tu familia?
¿Qué puedo aportar yo a favor de mi familia?
Mensaje Bíblico: San Lucas 2:47-52 (Primera iniciativa del joven Jesús)
ORACIÓN: Oración ante el crucifijo de San Damián
jaaaaaaaaaaa geyyyyyyyyyyyy es una broma xd
ResponderEliminar¿Qué se criticaba a los ministros de la iglesia?
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