lunes, 15 de septiembre de 2014

RETOS A LA ESPIRITUALIDAD FRANCISCANA

Los retos que platea el Franciscanismo son: el celo por las cosas de Dios, la pasión por el Evangelio, la itinerancia, el reto del miedo, la pobreza, la aceptación a la muerte como algo natural, el reto natural de la paz y el reto a la no violencia activa.  El franciscano no pretende cambiar el sistema, sino aportar su grano de arena a la nueva sociedad de la fraternidad, al sueño primero de Jesús de Nazaret y de sus seguidores Francisco y Clara.
RETOS A LA ESPIRITUALIDAD FRANCISCANA
Uno de los grandes retos  del Franciscanismo de hoy es asumir la itinerancia, como  un elemento de nuestra espiritualidad. ¿Qué es la itinerancia? Viene de la palabra latina iter que significa “camino”: andar de camino, estar siempre dispuesto al cambio. Es una especie de actitud interior que le lleva a uno al convencimiento de que el mundo es su casa, la familia humana la suya, la creación su hermana.  Francisco nos pide tener una actitud positiva, de apertura, de acogida para lo que pasa y lo que nos pasa. Esta actitud es lo que llamamos itinerancia.
El reto de controlar el miedo para que brote la esperanza
 El miedo es un sentimiento  que  se basa en el desconocimiento; se teme aquello que se ignora. No es fácil controlar el miedo, vivir en valor y fortaleza.
El Evangelio está hecho para ahuyentar miedos, Jesús no se canse de decir a los suyos: “No tengáis miedo” (Mt 10,26-31; Mc 4,40).
Francisco de Asís es una persona que ha llegado a controlar sus miedos porque ha mirado al otro como hermano, no como enemigo que acecha a la puerta. Francisco ha logrado superar el miedo porque ha eliminado de su vida todo juicio condenatorio sobre las personas, porque no ha tratado nunca con desdén a nadie, porque ha controlado el afán de apropiarse del otro, porque ha conseguido sobrepasar las meras apariencias de las personas para ver qué hay más allá de ellas descubriendo el rostro de una persona amable a quien era necesario acoger, amparar, abrazar (El encuentro con el leproso).
El reto de la pobreza hacer nuestro el dolor ajeno
 Francisco soñó una pobreza que no era mero empobrecimiento sino fuente de riqueza. Su alma de pobre creyó que por ese camino se llegaba derecho al corazón del Evangelio y a la verdad de la persona. Por eso sus sueños de la pobreza no son amargos, sino animadores. Soñó una Iglesia distinta que sabía recuperarse de sus evidentes ruinas, en la que el Evangelio fuera el centro y la persona de Jesús el mayor anhelo.
 El reto de aceptar humanamente a la hermana muerte
 La manera como la cultura occidental sigue entendiendo la muerte es muy histérica: muere una persona joven y nos conmovemos, muere un anciano y decimos que cuando quiera era hora; muere alguien de accidente y nos estremecemos, muere uno en su cama y nos parece normal; muere alguien de dura enfermedad y nos sobrecogemos, muere alguien de muerte “natural” y nos parece lógico.  Francisco insistió en que el médico le dijera la situación real de su salud. Y cuando le dijo que le quedaban pocos días de vida, él exclamó: “Bienvenida sea mi hermana la muerte”. Cuando Francisco llama “hermana” a la muerte desvela la realidad de una persona totalmente pacificada por dentro, capaz de asumir su último trance como algo valioso y positivo, como culminación de su vida y como paso a su plenitud.

El reto cotidiano de la paz nos impulsa a trabajar por la construcción de  una cultura de paz. 
 El reto de la no-violencia activa
Debemos ser portadores siempre de paz y de bien. Una manera de contribuir a hacer realidad este ideal es el ofrecer una alternativa de paz y de no violencia empezando por nosotros mismos  para  poderla irradiar a los demás

Responde a las preguntas
1.       ¿Cuáles son los principales retos que plantea el Franciscanismo?
2.       ¿Qué es la itinerancia?
3.       ¿Qué dice San Francisco  respecto al miedo?
4.       ¿De qué manera se puede controlar el miedo?

5.       ¿Cómo debemos asumir el reto de la no violencia activa?

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