ESTRUCTURA Y PRESENCIA DE LA FAMILIA FRANCISCANA
El Cuerpo de Cristo (la Iglesia Católica), y la Orden
Franciscana dentro de ese cuerpo, posee una memoria sagrada, una expresión de
las iniciativas individuales y
comunales respuestas, un retrato de una identidad perdurable.
Juntos como una
hermandad de hombres falibles: debilitados por el pecado y
fortalecidos por la gracia, herederos de una larga tradición frailes santos y
pecadores (los que fueron consistentes en su compromiso y los que no lo fueron
tanto), que siguen a San Francisco de Asís, tienen una pasión: la voluntad de
imitar a nuestro fundador en el modelo perfecto de Cristo. Y aunque ha habido
muchas vueltas y revueltas desde los días de Francisco, el Espíritu Santo, el
verdadero Ministro General de la Orden, nos ha guiado en el servicio y la caridad
durante ocho siglos. La viabilidad del movimiento franciscano después de la
muerte del fundador dependía de una evaluación exhaustiva de la Orden dentro de
la función de la situación social. En así que nuevas formas de pensamiento y de
vida, permitieron que personas abandonarán la tierra en la búsqueda de
actividades y seguridad de las ciudades. En respuesta a esta rápida
urbanización, muchos frailes decidieron establecer grandes centros de
ministerio en las ciudades en crecimiento. Se construyeron espléndidas iglesias
(templos y conventos). Los frailes, como se habían iniciado gracias a los
esfuerzos de San Antonio de Padua, predicaron no sólo los domingos y días
festivos sino también durante las épocas de lluvias, cuando fue imposible para
los agricultores el trabajo en el campo. Se trata de transformar el mundo. A
medida que la población aumentó de manera constante las iglesias (templos y
conventos) fueron creciendo, y la inspirada predicación atrajo a las congregaciones
de cerca y lejos. La Orden de Frailes Menores (Franciscanos), en su afán de
permanecer fiel a las intenciones del fundador, San Francisco de Asís, atravesó
muchas dificultades a lo largo de su historia, llegando a desacuerdos y
divisiones. Debido a que la Orden franciscana creció tan grande en tan corto
período de tiempo, se desarrolló un conflicto casi previsible sobre la manera
en que se aplicaba el voto de la “Dama Pobreza”. El radical de la pobreza y
evitar los privilegios que habían sido requeridos por Francisco fueron
moderadas por diferentes razones y el uso de los bienes materiales está
permitido, pero sin derecho a la propiedad. Esta evolución dio lugar a
violentas controversias en la Orden franciscana (sobre todo en los “espirituales”,
que en honor a su denominación, trataron de vivir el legado de Francisco aún más
radicalmente, y más tarde, continuaron los “observantes”). Estos diferentes
puntos de vista se acentúan con el tiempo y junto a los “conventuales” surgió
un número de reformas de las comunidades.
Todas las ramas tienen su propia organización legal y
estructura, pero tienen a
Francisco como su Padre y Fundador. La explicación a esta
división interna dentro de la Fraternidad de la Orden, en diferentes ramas,
solamente, encuentra repuesta en la sabiduría de su S.S. el Papa San Pío X,
quien en 1909, finalmente aclaró que el carisma de San Francisco de Asís era
tan fértil que no podía ser contenido en una sola comunidad, todas las ramas
son iguales hijos de un mismo padre: “Francisco es la raíz de las ramas de un
árbol más noble”.
Las tres ramas más importantes en la Primera Orden (varones)
son: los Franciscanos, los Conventuales y los Capuchinos (todos ellos “Hermanos
Menores”).
HERMANOS MENORES CAPUCHINOS – OFM CAP.
Los Capuchinos son la rama más joven, que se remonta a 1525,
cuando unos Frailes Menores de las Marcas (Ancona, Ascoli Piceno, Fermo, Macerata
y Pesaro–Urbino), región central de la costa adriática de Italia, quisieron
vivir con más rigor su vida de oración y pobreza, para estar más próximos al
espíritu original de San Francisco. Liderados por Fr. Matteo Serafini de
Brascio (Brascio, 1495; Venecia, 06–XII–1552), quien fue el primer comisario y
vicario general; con el apoyo de: Fr. Paolo Chioggia de Venecia (1480–1530),
Fr. Ludovico Tenaglia de Fossombrone (+06-VIII-1552) y Fr. Rafaele Tenaglia de
Fossombrone.
Surgen como una reforma dentro de la rama de los “observantes”.
Gracias al apoyo de Catalina Cibo de Varani (1501–1557), Duquesa de Camerino,
sobrina del Papa Clemente VII (Florencia, 1478 – Roma, 1534), la nueva rama
consiguió pronto la aprobación, mediante la Bula Papal “Religionis Zelus”, el
03 de julio de 1528; y creció rápidamente dentro de Italia. El Papa Gregorio
XIII (Bolonia, 1502 – Roma, 1585) dictó la Breve Papal "Ex nostrí
pastoralis officii”, el 06 de mayo de 1574, que revocaba el decreto del Papa
Pablo III (Canino, 1468 – Roma, 1549), la Breve papal "Dudum
siquidem", del 03 de enero de 1537, que se refería a la prohibición de
salir de Italia; esto abría para la Comunidad capuchina una época de amplios horizontes
y de magníficas posibilidades para su posterior desarrollo por toda Europa. El Papa
Pablo V (Roma, 1550 – Roma, 1621) concede la Breve Papal “Alias felices recordationis",
del 23 de enero de 1619, que los constituía en familia independiente, y los eximía
de toda dependencia del Ministro General conventual. El nombre original era
“Frailes Menores de Vida eremítica”. La Bula no hace mención alguna del nombre
que adoptaría la naciente Comunidad capuchina. Los primeros estatutos llevan
por título: "Constitutiones FF. Minorum vitae eremiticae". El nombre
de “capuchinos” se refiere a la forma peculiar de su capucho. Lo que en un principio
fue como un apodo, se ha convertido en el nombre oficial de la comunidad. El
vocablo "capuchino'' (en esa época) que era para designar cualquier
eremita, se convirtió muy pronto, por el frecuente uso del pueblo, en el nombre
propio de los “reformados de Camerino”, siendo éstos desde entonces los
“capuchinos” por antonomasia. En los documentos papales no es raro hallar el mencionado
apelativo refiriéndose a los mismos: “Frailes Menores de la Vida eremítica, llamados
capuchinos” (Clemente VII, 09 de abril 1534) y "Fratribus ordinis minorum capucciatis"
(Pablo III, 19 diciembre de 1534). De 1534 en adelante hallamos en los documentos
pontificios ambos apelativos: "capucciati” y "capuccinus"
empleados indistintamente (12 enero, 14 agosto y 29 agosto de 1535). El vocablo
"capuccini" es nombrado en el Breve "Expone nobis" del 25
de agosto de 1536. Este será el que prevalezca en adelante.
La comunidad capuchina está extendida por 99 países de todo el
mundo, y que cuenta con unos 11,000 hermanos que viven en más de 1,800
fraternidades o conventos. La simplicidad, la cercanía al pueblo y el espíritu
fraterno en nuestras casas y apostolado, son signos visibles de su estilo de
vida. Además de la Comunidad capuchina de varones, existen muchos Monasterios
de Religiosas capuchinas de vida contemplativa, y una multitud de Congregaciones
religiosas femeninas de espíritu capuchino, fundadas, con frecuencia, con la
ayuda de un hermano capuchino.
HERMANOS MENORES CONVENTUALES – OFM CONV.
Poco a poco, junto a los pequeños conventos y eremitorios o en
sustitución de ellos, se empezaron a construir templos monumentales y grandes
conventos, capaces de albergar a comunidades numerosas dedicadas a actividades
pastorales y culturales, favorecidas por la jerarquía eclesiástica y por los
superiores de la Orden. Pero aún con todos los acontecimientos positivos, este
movimiento en las ciudades es polémica y dividió la Orden en dos facciones: los
que se desea una vida de meditación solitaria en las zonas rurales remotas, y
los que deseaban vivir juntos en conventos y los trabajos entre las pobres de las
grandes ciudades. Este último grupo fue conocido como los “Hermanos de la
Comunidad”. Sin embargo, el nombre oficial sigue siendo “Fratres Minores” hasta
la división de 1517, cuando los seguidores de San Francisco se convirtieron
definitivamente como Fratres Minores Conventuales – “Hermanos Menores
Conventuales”.
El 05 de abril de 1250, el Papa Inocencio IV quiso tutelar la
eficaz labor pastoral de los Frailes Menores, declarando "conventuales"
sus iglesias, es decir, concediéndoles la misma prerrogativa que las
colegiatas. Los frailes, sin embargo, no recibieron tal denominación hasta la
segunda mitad del siglo XIV, para distinguirlos de quienes se retiraban en los
eremitorios, en busca de una mejor "observancia" de la Regla. La Bula
papal “Ite vos” aplaza el asunto de los “conventuales” a posteriores
disposiciones, que llegarán el 12 de junio de 1517 con la Bula papal “Omnipotens
Deus”. Antes de eso, el 29 de mayo de 1517, fray Bernardino Prati de Chieri,
último general minorita "de toda la Orden", había sido nombrado
obispo de Atenas por León X, y al día siguiente los “conventuales” procedieron
a la elección de un "maestro general", en la persona de Fr. Antonio
Marcelo de Cherso. A partir de la “Ite vos”, el Capítulo dejó de ser
"generalísimo". La Bula “Omnipotens Deus” referente a los
“conventuales” cambió el título de los "ministros" generales y provinciales
por el de "maestros". Dichos cargos, en adelante, debían ser
confirmados por los respectivos Ministros Generales “observantes”. Los papeles
se habían cambiado. El nombre oficial de esta rama de la Orden Franciscana es
“Hermanos Menores Conventuales”. Los “conventuales·” seguidores de Francisco,
se unieron en las comunidades concentradas en lugar de la deambulación como
predicadores itinerantes. De ahí el sufijo, “conventuales”, tal como se deriva
del latín “convenire” que significa: “se reúnen”. Vivir en un convento (o
monasterio) es una vivienda estable en el pulso de la creciente del orden social,
los hijos espirituales de Francisco trabajando en el cambio y la transformación
en todos los sectores de la sociedad. Los “conventuales” no permanecen en los
lugares asociados con Francisco, presencia real. Las cuevas donde se oró, las
ermitas construidas cerca del agua de pozo que se convirtió en el vino, los
árboles, donde predicó a los pájaros, todo se convirtió en pequeños santuarios
que atrajo a las estructuras temporales de los frailes eremíticos. Por lo
tanto, los “conventuales” fueron llevados a grandes casas en pequeñas parcelas
donde la “Dama Pobreza” podría extenderse como su sierva Comunidad. Allí, la
concentración de los hombres de talento regularizado a vivir una vida sumida en
la
oración, el estudio y el trabajo, se convirtió en una
guarnición bien armada que luchó contra el poder de las tinieblas y desánimo en
el campo de batalla de la vida urbana y suburbana. El monasterio actuado como
una “fortaleza de la fe” donde disciplinado de austeridad, se centró la
generosidad, y la armonización de la oración en la estabilidad, mientras que
sus corazones eran misión itinerante en los rincones más lejanos de las
posibilidades terrenales. Los casi 5,000
“conventuales” en todo el mundo están activos en una abundancia de los
diferentes apostolados y misiones. Dependiendo de la parte del mundo donde
viven, los Frailes Conventuales llevan un hábito de color gris o negro con un
cordón blanco y un pequeño carenado adjunto a la capuche que cubre los hombros.
La curia general de la OFM. “conventual” y los organismos directivos tienen su
sede en la Basílica romana de los Santos Doce Apóstoles, confiada a la
Comunidad “conventual” por el Papa Pío II en 1463. El corazón de la Orden es,
sin embargo, la Basílica de San Francisco en Asís, con el añejo Sacro Convento,
declarado "Cabeza y Madre" de la Orden por el fundador de la iglesia Gregorio
IX en 1230, en vísperas de la traslación del cuerpo de San Francisco a la
misma.
HERMANOS MENORES OBSERVANTES – OFM
La reforma más importante fue la “Regular Observancia” de Fr.
Paoluccio Trinci de Foligno, iniciada en el eremitorio de Brogliano en 1378.
Favorecido por los pontífices y por los ministros generales, su movimiento se
desarrolló extraordinariamente, hasta convertirse en una gran fuerza de
renovación en el seno de la Orden, dejando a salvo la unidad. Por desgracia, la
reforma de Trinci sería más tarde motivo de nuevas divisiones, que convirtieron
a la Orden en en una amalgama de familias y corrientes internas. Pacificado el Estado
pontificio, el Papa Urbano V (Grisac, 1310 – Avignon, 1370) regresó
temporalmente a Roma, desde Aviñón. El lego Fr. Paoluccio Trinci, de los nobles
y poderosos señores de Foligno, obtuvo de él la gracia de retirarse en
Brogliano (1368). El Papa recién se había felicitado con el Ministro General
umbro por la captura de algunos “fraticelli” y las
“Constituciones Farinerias” (1354) prohibían nuevas
congregaciones y amenazaban excomunión a quien fuese favorable a la división
"de palabra, de hecho o de cualquier otro modo". Pero Trinci contaba
con el apoyo del general Fr. Tomás de Frignano y él, hombre prudente, humilde y
obediente, se sometió a estas dos condiciones: "No se permita residir en los
eremitorios a ningún hermano, a no ser que quiera conformarse en el hábito con
los otros frailes, esté de acuerdo con la fe católica y no condene a la Comunidad
de la Orden". Apreciado por los ministros, Paoluccio recibió los
eremitorios de Stroncone y del monte de Perusa en Umbría, de Greccio,
Fontecolombo y Poggio Bustone en el valle de Reiti, Institución Educativa Parroquial “San Francisco de Asís”
TALLER DE FRANCISCANISMO 4
Soy Franciscano de corazón y convicción y Forano, Monfalcone, Massa Fermana, Camerino y Morrovalle en
las Marcas. El general Fr.
Ludovico Donatti de Venecia (1379-1381) lo nombró “Comisario” suyo para la Observancia, para cuyo cargo contó con la
ayuda de Fr. Francisco de Fabriano. El 15 de julio de 1385, el general Enrique Alfieri de Asti (1387-1405)
lo nombró comisario suyo para 15 eremitorios y lo autorizó a extender su reforma a Córcega,
Bosnia y a toda Italia. Podemos decir que esa es la fecha de nacimiento de la familia
franciscana observante, distinta, aunque no separada, del resto de la Orden
franciscana. El 23 de marzo de 1403, el Papa Bonifacio IX (Nápoles, 1356 – Roma, 1404) permitió a Fr.
Juan de Stroncone recibir otros eremitorios como "Vicario", de acuerdo con el
general Enrique Alfieri de Asti. Los eremitorios serán 20 en 1405 y 34 en 1415. Bajo las órdenes de
Fr. Juan de Stroncone y de su sucesor San Bernardino de Siena, el desarrollo de la
Observancia será extraordinario. En los comienzos eran llamados: "Hermanos simples”, “Frailes
devotos”, “Espirituales”, de los “Lugares devotos”, de la “Familia devota” y en algún momento,
“Bernardinos” o “Frailes de Jesús", antes de recibir el nombre definitivo "de la
Regular Observancia". La nueva familia fue, sin duda, fermento de fervor, de santidad y de renovado
espíritu franciscano. Al final se
impuso la solución propuesta por Fr. Gaspar Schatzgeyer, vicario provincial de Estrasburgo. El 29 de mayo
de 1517, el Papa León X (Florencia, 1475 – Roma, 1521), con la bula "Ite vos",
dividió la Orden en dos familias, obligando a las reformas menores a unirse a los “observantes” o a
los “conventuales”. Fue un duro golpe para los “conventuales”, que se vieron obligados a ceder la primacía y
el título de “Hermanos Menores” a
los “observantes”. El 01 de junio de 1517, se reunían en Santa María de Araceli de Roma, los custodios vicarios
provinciales de la observancia con los delegados de las distintas reformas, para la elección del
primer ministro general “observante”. El cargo recayó por mayoría absoluta en la persona de Fr. Cristóbal
Numai de Forli, vicario general cismontano. Un mes más tarde, el 01 de julio de 1517, el Papa
lo nombraba cardenal, junto con otros 30 prelados. La “Ite vos” fue llamada bula "de
unión" y la “Omnipotens Deus”, bula "de concordia", pero la realidad fue que la
Orden de los Hermanos Menores quedó definitivamente dividida. La división no fue paritaria, debido
al pleno apoyo concedido por el Papa León X a la "Regular Observancia", como se
puede constatar en este texto tomado de la Bula papal “Licet alias”, del 06 de junio de 1517:
"Declaramos... que los frailes de la Observancia y los Reformados han sido sin género de duda
verdaderos frailes de la Orden del bienaventurado Francisco, y que, sin interrupción alguna o
división, siempre han observado
(...) su Regla, desde que ella fue publicada por el bienaventurado Francisco
hasta hoy, y han
militado y todavía hoy militan bajo la Regla del mismo bienaventurado
Francisco; por tanto,
decretamos y mandamos que así han de ser tenidos y observados en todo y así se ha de decir". Nuevas reformas y divisiones surgirán en
el seno de la Observancia en los años y siglos posteriores: alcantarinos, recoletos, reformados y
capuchinos. Éstos últimos lograrán constituirse en comunidad franciscana autónoma, los otros se
verán obligados a uniformarse
con los “observantes”. El 04 de octubre de 1897, el papa León XIII, por la Constitución Apostólica "Felcitate
quadam", reunía los “observantes” y sus tres reformas franciscanas: Reformados, Descalzos o
Alcantarinos y Recoletos, con la simple denominación de "Hermanos Menores", título que
comparten con los “conventuales” y los “capuchinos”. Y lo más curioso del caso es que, a la larga,
toda comunidad franciscana desemboca siempre en una inevitable
"conventualización". Ironías de la Historia. La sede de la OFM. fue la Basílica de Santa María de
Araceli, entregada por el Papa Eugenio IV a los “observantes” (1445).
LAS CLARISAS
En el gran movimiento franciscano del siglo XIII una parte
importante fue desempeñada por esta orden religiosa de la mujer, que tuvo su
inicio en el convento de San Damián de Asis. Cuando Santa Clara 1212, siguiendo
los consejos de San Francisco, se retiró a San Damiano, que pronto fue rodeado
por una serie de señoras atraídas por la santidad de su vida. Entre los
primeros en unirse a ella estaban varios familiares inmediatos, incluyendo su
hermana Agnes, su madre, tía y sobrina. Así se formó el núcleo de la nueva
orden. Aquí Santa Clara se convirtió en la asesora de San Francisco y después de
su muerte sigue siendo el máximo exponente del ideal franciscano de pobreza.
“Este ideal es la exaltación de la mendiga de la finca en una condición de la
libertad espiritual, en el que se vive en el hombre consciente de la
dependencia de la providencia de Dios y la buena voluntad de los hermanos. Ante
todo Santa Clara de San Francisco recibió una “fórmula vitae” para la creciente
comunidad. Esto no es una regla formal, sino simplemente una dirección de
practicar los consejos del Evangelio “Vivere secundum perfectionem sancti Evangelii”,
fue la oradora principal de San Francisco. Después de la muerte de San
Francisco (1226) y la elevación de Ugolino a la silla papal de Gregorio IX
(1227), se introdujeron algunos cambios en la práctica la dirección de la vida
conventual. El Papa se ofreció a otorgar posesiones en el convento de San
Damián sobre la que presidió Santa Clara. Ella se negó firmemente a la oferta y
presentó una petición para que se permita continuar en el espíritu de San
Francisco. En respuesta a esta solicitud, Gregory le concedió (17 de
septiembre, 1228), el “privilegio de pobreza más alto”, a saber, “ut recipere
possessiones un nullo compelli possitis”.
PROPAGACIÓN DE LA ORDEN
La orden fue extendiendose rápidamente por toda Europa. En
1318 se obtuvo el permiso del Obispo de Perugia para el establecimiento de un
monasterio en esa ciudad. Al año siguiente, Agnes fundó en Florencia una
comunidad que se convirtió en el centro de un gran número de nuevas
fundaciones, a saber, los que se encuentran en Venecia, Mantua y Padua.
Monasterios de la orden antes de ser encontrados en Todi, Volterra, Foligno, y Beziers.
Santa Clara de la sobrina, Agnes, presentó la nueva orden en España. Las
ciudades de Barcelona y Burgos se convirtieron en comunidades florecientes. La
primera fundación fue efectuada en Bélgica en Brujas Ermentrude por la hermana,
quien, después de la muerte de Santa Clara, con gran celo en la difusión de la
orden a través de Bélgica y el norte de Francia. Las primeras comunidades en
Francia, sin embargo, se plantó en Reims en 1229 a petición del arzobispo de
que ver. Los monasterios en Montpelier, Cahors, Burdeos, Metz, Besançon y soltó
de la casa en Reims, y el de Marsella fue fundada de Asís en 1254. La Real
Abadía en Longchamp, que cuenta con el patrocinio de la Beata. Isabel, hija de
Luis VIII y Blanca de Castilla.
FUNDACIÓN DE LAS ÓRDENES MENDICANTES
Los nuevos tiempos, atravesados por el desarrollo político,
económico y cultural, y el contacto con otras filosofías, implican
necesariamente un cuestionamiento del orden moral y religioso. La fe pasa a ser
cuestionada por la razón, por ser más un hecho emocional que una razón de vida.
Y la estructura de la Iglesia -jerárquicamente dividida en clérigos, monjes y laicos-
no favorece una auténtica comunión. El clero, cuya misión específica era la
predicación, estaba más ligado al poder imperial y sus ventajas que al Papa y
su doctrina; prefería los privilegios de la religión a la conversión
evangélica. Los monjes, por su parte, apartados de la vida del pueblo, vivían encerrados
en sus monasterios y protegidos por sus latifundios. Y los laicos disputaban el
nuevo espacio político, económico, cultural y científico o permanecían al
margen de los acontecimientos y de la participación de los bienes. Como
reacción surgen muchos movimientos populares, alimentados por el ideal evangélico
de pobreza, de humildad, de fraternidad, de vida comunitaria y de autosustento.
Eran movimientos espontáneos, con sus contradicciones: la inspiración
evangélica de la pobreza también encontraba respaldo en el maniqueísmo; la
referencia a la vida de los primeros cristianos implicaba también el rechazo de
la estructura de la Iglesia; la búsqueda de la imitación de Cristo llevaba
también al desprecio del cuerpo y del mundo. Así, Francisco de Asís (1182-1226)
se convirtió en intérprete y profeta de los movimientos populares, sin sus
contradicciones: vivir según el Evangelio, rechazar la acumulación de bienes,
vivir del propio trabajo, predicar con el testimonio y la palabra, la obediencia
a la Iglesia, una visión alegre y fraterna de la vida y la inserción en medio
del pueblo. Por su parte, Domingo de Guzmán (11701221) y el movimiento
dominicano alcanzan a las instancias superiores: la renovación del clero por la
formación, por la espiritualidad, por el estudio y la predicación en comunión
con la Iglesia.
PRIMERA ORDEN
La primera orden, comprende ahora tres cuerpos separados,
llamados: los Frailes
Menores (observantes) (OFM) propiamente dichos, o tallo madre, fundado como se ha dicho,
en 1209; los Frailes Menores
(conventuales) (OFMConv) y los capuchinos (OFMCap) ambos de los cuales crecieron del tallo madre, y fueron
constituidos como órdenes independientes en 1517 y 1619, respectivamente. Todas
las tres órdenes profesan la regla de los Frailes Menores aprobada por Honorio
III en 1223, pero cada una tiene sus constituciones particulares y su propio
ministro general. Existieron diferentes fundaciones menores de los frailes franciscanos
que siguieron la regla de la primer orden, la cual alguna vez disfrutó de una
existencia apartada o casi apartada, pero se han extinguido ya, como los
Clareni, Coletani y Celestinos, o se han amalgamado con los Frailes menores,
como en el caso de los Observantes, Reformati, Recollects, Alcantarinos, etc.
SEGUNDA ORDEN DE SAN FRANCISCO
Sta. Clara de Asís (izquierda) y Sta. Isabel de Hungría
(derecha) en la pintura de Simone Martini (1317) La segunda orden de San
Francisco es una orden religiosa fundada por Santa Clara de Asís y San
Francisco. Son conocidas también como Hermanas Descalzas o simplemente Clarisas.
Es una de las tres órdenes franciscanas La segunda orden, o hermanas descalzas,
ahora comúnmente llamadas Clarisas incluye a todos los diferentes monasterios
de monjas enclaustradas que profesan la Regla de Santa Clara aprobada por
Inocencio IV en 1253, ya sea que observen la misma en toda su exigencia
original o de acuerdo a las dispensas otorgadas por Urbano IV, el 18 de octubre
de 1263; o las constituciones compuestas por Santa Colette y aprobadas por Pío
II, el 18 de marzo de 1458; o la reforma de María Lorenza Longo aprobada por
Pablo III el 10 de diciembre de 1538, y conocida comúnmente como Clarisas
Capuchinas. Las Hermanas de la Anunciación y las Concepcionistas franciscanas
son, en cierto sentido, ramificaciones de la segunda orden, pero siguen ahora
reglas propias diferentes de la regla de Santa Clara. La segunda orden
comprende las ramas femeninas: Hermanas
Clarisas Pobres, fundada por Santa Clara de Asís y San
Francisco. Hermanas Clarisas Capuchinas, reforma de María Lorenza Longo.
TERCERA ORDEN
La tradición asigna a 1221 como la fecha en que se fundó los
Hermanos y Hermanas de Penitencia, ahora conocidos como terciarios. Esta tercera
orden fue ideada por San Francisco como un tipo de estado intermedio entre el
claustro y el mundo para aquellos que, deseando seguir los pasos del santo,
estuvieran impedidos, por matrimonio u otros compromisos, de entrar ya sea a la
primera o a la segunda orden. Ha habido algunas diferencias de opinión en
cuanto a qué tanto intervino el santo en la reglamentación para estos
terciarios. Sin embargo, se acepta en general que la regla aprobada por Nicolás
IV, el 18 de agosto de 1289 no representa la regla original de la tercera
orden, sino una revisión de la original. Algunos escritores recientes han
intentado demostrar que la tercera orden fue realmente el punto de inicio de
toda la Orden Franciscana. Ellos afirman que la Segunda y Tercera Órdenes de San
Francisco no fueron adicionadas a la Primera, sino que las tres ramas, los
Frailes Menores, Hermanas Pobres, y Hermanos y Hermanas de Penitencia, crecieron
de la fraternidad de laicos de penitencia que fue la primera y original
intención de San Francisco, y fueron separados en grupos diferentes por el
Cardenal Ugolino (posteriormente Gregorio IX), protector de la orden, durante
la ausencia de San Francisco, cuando éste estuvo en Oriente (1219 - 1221). Esta
interesante teoría, aunque arbitraria, no deja de tener importancia para la
historia sobre el origen de las tres órdenes, pero no ha sido lo
suficientemente probada para desmentir el relato más usual descrito
anteriormente, de acuerdo al cual la Orden Franciscana se desarrolló en tres
ramas distintas, llamadas la primera, la segunda y la tercera orden, por proceso
de adición y no por proceso de división, y ésta es aún la perspectiva
generalmente presentada.
Tercera orden seglar: La
tercera orden secular fue fundada, como hemos visto, por San Francisco, alrededor
de 1221 y se compone de personas devotas de uno y otro sexo, que viven en el
mundo y que siguen una regla de vida aprobada por Nicolás IV en 1289, y modificada
por León XIII el 30 de mayo de 1883. Incluye no sólo a los miembros que forman parte
de hermandades lógicas, sino también a los aislados terciarios, ermitaños,
peregrinos, etc.
Tercera orden regular: El
origen es incierto y susceptible de controversia. Algunos atribuyen su
fundación a Santa Isabel de Hungría en 1228 y otros a la Beata Angelina de Marciano
en 1395. Se dice que esta última estableció en Foligno (Umbría) el primer monasterio
franciscano de monjas terciarias enclaustradas en Italia. Existe certeza que a principios
del siglo XV existían comunidades terciarias de hombres y mujeres en diferentes
partes de Europa y que los frailes italianos de la tercera orden regular eran
reconocidos como una orden mendicante por la Santa Sede. Desde 1458
aproximadamente, éste último cuerpo ha sido gobernado por su propio ministro
general y sus miembros toman votos solemnes. La tercera orden es la de los
Hermanos y Hermanas de la Penitencia, y se divide en la Tercera Orden Seglar y
la Tercera Orden Regular. En la orden seglar los miembros pueden ser personas
casadas. De esta orden se deriva la Juventud Franciscana o JUFRA integrada por
miembros jóvenes activos que se dedican a estudiar y promover obras de caridad
con el espíritu franciscano y presencia en diversos países.
Para reflexionar
¿Cuántas y cuales son las tres ramas mas importantes de la Orden Franciscana?
¿Quién y cuando aprobó la Regla de San Francisco de Asís?
¿Quienes son los fundadores de la Segunda rama de la Orden Franciscana?
¿A cuál de las ramas de la Orden Franciscana pertenece JUFRA?
¿Que reflexión práctica para tu vida puedes sacar de San Francisco y Santa Clara?
Para reflexionar
¿Cuántas y cuales son las tres ramas mas importantes de la Orden Franciscana?
¿Quién y cuando aprobó la Regla de San Francisco de Asís?
¿Quienes son los fundadores de la Segunda rama de la Orden Franciscana?
¿A cuál de las ramas de la Orden Franciscana pertenece JUFRA?
¿Que reflexión práctica para tu vida puedes sacar de San Francisco y Santa Clara?
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