domingo, 16 de marzo de 2014

Quinto de ESM "ESTRUCTURA Y PRESENCIA DE LA FAMILIA FRANCISCANA"

ESTRUCTURA Y PRESENCIA DE LA FAMILIA FRANCISCANA
El Cuerpo de Cristo (la Iglesia Católica), y la Orden Franciscana dentro de ese cuerpo, posee una memoria sagrada, una expresión de las iniciativas individuales y
comunales respuestas, un retrato de una identidad perdurable. Juntos como una
hermandad de hombres falibles: debilitados por el pecado y fortalecidos por la gracia, herederos de una larga tradición frailes santos y pecadores (los que fueron consistentes en su compromiso y los que no lo fueron tanto), que siguen a San Francisco de Asís, tienen una pasión: la voluntad de imitar a nuestro fundador en el modelo perfecto de Cristo. Y aunque ha habido muchas vueltas y revueltas desde los días de Francisco, el Espíritu Santo, el verdadero Ministro General de la Orden, nos ha guiado en el servicio y la caridad durante ocho siglos. La viabilidad del movimiento franciscano después de la muerte del fundador dependía de una evaluación exhaustiva de la Orden dentro de la función de la situación social. En así que nuevas formas de pensamiento y de vida, permitieron que personas abandonarán la tierra en la búsqueda de actividades y seguridad de las ciudades. En respuesta a esta rápida urbanización, muchos frailes decidieron establecer grandes centros de ministerio en las ciudades en crecimiento. Se construyeron espléndidas iglesias (templos y conventos). Los frailes, como se habían iniciado gracias a los esfuerzos de San Antonio de Padua, predicaron no sólo los domingos y días festivos sino también durante las épocas de lluvias, cuando fue imposible para los agricultores el trabajo en el campo. Se trata de transformar el mundo. A medida que la población aumentó de manera constante las iglesias (templos y conventos) fueron creciendo, y la inspirada predicación atrajo a las congregaciones de cerca y lejos. La Orden de Frailes Menores (Franciscanos), en su afán de permanecer fiel a las intenciones del fundador, San Francisco de Asís, atravesó muchas dificultades a lo largo de su historia, llegando a desacuerdos y divisiones. Debido a que la Orden franciscana creció tan grande en tan corto período de tiempo, se desarrolló un conflicto casi previsible sobre la manera en que se aplicaba el voto de la “Dama Pobreza”. El radical de la pobreza y evitar los privilegios que habían sido requeridos por Francisco fueron moderadas por diferentes razones y el uso de los bienes materiales está permitido, pero sin derecho a la propiedad. Esta evolución dio lugar a violentas controversias en la Orden franciscana (sobre todo en los “espirituales”, que en honor a su denominación, trataron de vivir el legado de Francisco aún más radicalmente, y más tarde, continuaron los “observantes”). Estos diferentes puntos de vista se acentúan con el tiempo y junto a los “conventuales” surgió un número de reformas de las comunidades.
Todas las ramas tienen su propia organización legal y estructura, pero tienen a
Francisco como su Padre y Fundador. La explicación a esta división interna dentro de la Fraternidad de la Orden, en diferentes ramas, solamente, encuentra repuesta en la sabiduría de su S.S. el Papa San Pío X, quien en 1909, finalmente aclaró que el carisma de San Francisco de Asís era tan fértil que no podía ser contenido en una sola comunidad, todas las ramas son iguales hijos de un mismo padre: “Francisco es la raíz de las ramas de un árbol más noble”.

Las tres ramas más importantes en la Primera Orden (varones) son: los Franciscanos, los Conventuales y los Capuchinos (todos ellos “Hermanos Menores”).

HERMANOS MENORES CAPUCHINOS – OFM CAP.
Los Capuchinos son la rama más joven, que se remonta a 1525, cuando unos Frailes Menores de las Marcas (Ancona, Ascoli Piceno, Fermo, Macerata y Pesaro–Urbino), región central de la costa adriática de Italia, quisieron vivir con más rigor su vida de oración y pobreza, para estar más próximos al espíritu original de San Francisco. Liderados por Fr. Matteo Serafini de Brascio (Brascio, 1495; Venecia, 06–XII–1552), quien fue el primer comisario y vicario general; con el apoyo de: Fr. Paolo Chioggia de Venecia (1480–1530), Fr. Ludovico Tenaglia de Fossombrone (+06-VIII-1552) y Fr. Rafaele Tenaglia de Fossombrone.
Surgen como una reforma dentro de la rama de los “observantes”. Gracias al apoyo de Catalina Cibo de Varani (1501–1557), Duquesa de Camerino, sobrina del Papa Clemente VII (Florencia, 1478 – Roma, 1534), la nueva rama consiguió pronto la aprobación, mediante la Bula Papal “Religionis Zelus”, el 03 de julio de 1528; y creció rápidamente dentro de Italia. El Papa Gregorio XIII (Bolonia, 1502 – Roma, 1585) dictó la Breve Papal "Ex nostrí pastoralis officii”, el 06 de mayo de 1574, que revocaba el decreto del Papa Pablo III (Canino, 1468 – Roma, 1549), la Breve papal "Dudum siquidem", del 03 de enero de 1537, que se refería a la prohibición de salir de Italia; esto abría para la Comunidad capuchina una época de amplios horizontes y de magníficas posibilidades para su posterior desarrollo por toda Europa. El Papa Pablo V (Roma, 1550 – Roma, 1621) concede la Breve Papal “Alias felices recordationis", del 23 de enero de 1619, que los constituía en familia independiente, y los eximía de toda dependencia del Ministro General conventual. El nombre original era “Frailes Menores de Vida eremítica”. La Bula no hace mención alguna del nombre que adoptaría la naciente Comunidad capuchina. Los primeros estatutos llevan por título: "Constitutiones FF. Minorum vitae eremiticae". El nombre de “capuchinos” se refiere a la forma peculiar de su capucho. Lo que en un principio fue como un apodo, se ha convertido en el nombre oficial de la comunidad. El vocablo "capuchino'' (en esa época) que era para designar cualquier eremita, se convirtió muy pronto, por el frecuente uso del pueblo, en el nombre propio de los “reformados de Camerino”, siendo éstos desde entonces los “capuchinos” por antonomasia. En los documentos papales no es raro hallar el mencionado apelativo refiriéndose a los mismos: “Frailes Menores de la Vida eremítica, llamados capuchinos” (Clemente VII, 09 de abril 1534) y "Fratribus ordinis minorum capucciatis" (Pablo III, 19 diciembre de 1534). De 1534 en adelante hallamos en los documentos pontificios ambos apelativos: "capucciati” y "capuccinus" empleados indistintamente (12 enero, 14 agosto y 29 agosto de 1535). El vocablo "capuccini" es nombrado en el Breve "Expone nobis" del 25 de agosto de 1536. Este será el que prevalezca en adelante.
La comunidad capuchina está extendida por 99 países de todo el mundo, y que cuenta con unos 11,000 hermanos que viven en más de 1,800 fraternidades o conventos. La simplicidad, la cercanía al pueblo y el espíritu fraterno en nuestras casas y apostolado, son signos visibles de su estilo de vida. Además de la Comunidad capuchina de varones, existen muchos Monasterios de Religiosas capuchinas de vida contemplativa, y una multitud de Congregaciones religiosas femeninas de espíritu capuchino, fundadas, con frecuencia, con la ayuda de un hermano capuchino.

HERMANOS MENORES CONVENTUALES – OFM CONV.
Poco a poco, junto a los pequeños conventos y eremitorios o en sustitución de ellos, se empezaron a construir templos monumentales y grandes conventos, capaces de albergar a comunidades numerosas dedicadas a actividades pastorales y culturales, favorecidas por la jerarquía eclesiástica y por los superiores de la Orden. Pero aún con todos los acontecimientos positivos, este movimiento en las ciudades es polémica y dividió la Orden en dos facciones: los que se desea una vida de meditación solitaria en las zonas rurales remotas, y los que deseaban vivir juntos en conventos y los trabajos entre las pobres de las grandes ciudades. Este último grupo fue conocido como los “Hermanos de la Comunidad”. Sin embargo, el nombre oficial sigue siendo “Fratres Minores” hasta la división de 1517, cuando los seguidores de San Francisco se convirtieron definitivamente como Fratres Minores Conventuales – “Hermanos Menores Conventuales”.
El 05 de abril de 1250, el Papa Inocencio IV quiso tutelar la eficaz labor pastoral de los Frailes Menores, declarando "conventuales" sus iglesias, es decir, concediéndoles la misma prerrogativa que las colegiatas. Los frailes, sin embargo, no recibieron tal denominación hasta la segunda mitad del siglo XIV, para distinguirlos de quienes se retiraban en los eremitorios, en busca de una mejor "observancia" de la Regla. La Bula papal “Ite vos” aplaza el asunto de los “conventuales” a posteriores disposiciones, que llegarán el 12 de junio de 1517 con la Bula papal “Omnipotens Deus”. Antes de eso, el 29 de mayo de 1517, fray Bernardino Prati de Chieri, último general minorita "de toda la Orden", había sido nombrado obispo de Atenas por León X, y al día siguiente los “conventuales” procedieron a la elección de un "maestro general", en la persona de Fr. Antonio Marcelo de Cherso. A partir de la “Ite vos”, el Capítulo dejó de ser "generalísimo". La Bula “Omnipotens Deus” referente a los “conventuales” cambió el título de los "ministros" generales y provinciales por el de "maestros". Dichos cargos, en adelante, debían ser confirmados por los respectivos Ministros Generales “observantes”. Los papeles se habían cambiado. El nombre oficial de esta rama de la Orden Franciscana es “Hermanos Menores Conventuales”. Los “conventuales·” seguidores de Francisco, se unieron en las comunidades concentradas en lugar de la deambulación como predicadores itinerantes. De ahí el sufijo, “conventuales”, tal como se deriva del latín “convenire” que significa: “se reúnen”. Vivir en un convento (o monasterio) es una vivienda estable en el pulso de la creciente del orden social, los hijos espirituales de Francisco trabajando en el cambio y la transformación en todos los sectores de la sociedad. Los “conventuales” no permanecen en los lugares asociados con Francisco, presencia real. Las cuevas donde se oró, las ermitas construidas cerca del agua de pozo que se convirtió en el vino, los árboles, donde predicó a los pájaros, todo se convirtió en pequeños santuarios que atrajo a las estructuras temporales de los frailes eremíticos. Por lo tanto, los “conventuales” fueron llevados a grandes casas en pequeñas parcelas donde la “Dama Pobreza” podría extenderse como su sierva Comunidad. Allí, la concentración de los hombres de talento regularizado a vivir una vida sumida en la
oración, el estudio y el trabajo, se convirtió en una guarnición bien armada que luchó contra el poder de las tinieblas y desánimo en el campo de batalla de la vida urbana y suburbana. El monasterio actuado como una “fortaleza de la fe” donde disciplinado de austeridad, se centró la generosidad, y la armonización de la oración en la estabilidad, mientras que sus corazones eran misión itinerante en los rincones más lejanos de las posibilidades terrenales.  Los casi 5,000 “conventuales” en todo el mundo están activos en una abundancia de los diferentes apostolados y misiones. Dependiendo de la parte del mundo donde viven, los Frailes Conventuales llevan un hábito de color gris o negro con un cordón blanco y un pequeño carenado adjunto a la capuche que cubre los hombros. La curia general de la OFM. “conventual” y los organismos directivos tienen su sede en la Basílica romana de los Santos Doce Apóstoles, confiada a la Comunidad “conventual” por el Papa Pío II en 1463. El corazón de la Orden es, sin embargo, la Basílica de San Francisco en Asís, con el añejo Sacro Convento, declarado "Cabeza y Madre" de la Orden por el fundador de la iglesia Gregorio IX en 1230, en vísperas de la traslación del cuerpo de San Francisco a la misma.

HERMANOS MENORES OBSERVANTES – OFM
La reforma más importante fue la “Regular Observancia” de Fr. Paoluccio Trinci de Foligno, iniciada en el eremitorio de Brogliano en 1378. Favorecido por los pontífices y por los ministros generales, su movimiento se desarrolló extraordinariamente, hasta convertirse en una gran fuerza de renovación en el seno de la Orden, dejando a salvo la unidad. Por desgracia, la reforma de Trinci sería más tarde motivo de nuevas divisiones, que convirtieron a la Orden en en una amalgama de familias y corrientes internas. Pacificado el Estado pontificio, el Papa Urbano V (Grisac, 1310 – Avignon, 1370) regresó temporalmente a Roma, desde Aviñón. El lego Fr. Paoluccio Trinci, de los nobles y poderosos señores de Foligno, obtuvo de él la gracia de retirarse en Brogliano (1368). El Papa recién se había felicitado con el Ministro General umbro por la captura de algunos “fraticelli” y las
“Constituciones Farinerias” (1354) prohibían nuevas congregaciones y amenazaban excomunión a quien fuese favorable a la división "de palabra, de hecho o de cualquier otro modo". Pero Trinci contaba con el apoyo del general Fr. Tomás de Frignano y él, hombre prudente, humilde y obediente, se sometió a estas dos condiciones: "No se permita residir en los eremitorios a ningún hermano, a no ser que quiera conformarse en el hábito con los otros frailes, esté de acuerdo con la fe católica y no condene a la Comunidad de la Orden". Apreciado por los ministros, Paoluccio recibió los eremitorios de Stroncone y del monte de Perusa en Umbría, de Greccio, Fontecolombo y Poggio Bustone en el valle de Reiti, Institución Educativa Parroquial “San Francisco de Asís”

TALLER DE FRANCISCANISMO 4
Soy Franciscano de corazón y convicción y Forano, Monfalcone, Massa Fermana, Camerino y Morrovalle en las Marcas. El general Fr. Ludovico Donatti de Venecia (1379-1381) lo nombró “Comisario” suyo para la Observancia, para cuyo cargo contó con la ayuda de Fr. Francisco de Fabriano. El 15 de julio de 1385, el general Enrique Alfieri de Asti (1387-1405) lo nombró comisario suyo para 15 eremitorios y lo autorizó a extender su reforma a Córcega, Bosnia y a toda Italia. Podemos decir que esa es la fecha de nacimiento de la familia franciscana observante, distinta, aunque no separada, del resto de la Orden franciscana. El 23 de marzo de 1403, el Papa Bonifacio IX (Nápoles, 1356 – Roma, 1404) permitió a Fr. Juan de Stroncone recibir otros eremitorios como "Vicario", de acuerdo con el general Enrique Alfieri de Asti. Los eremitorios serán 20 en 1405 y 34 en 1415. Bajo las órdenes de Fr. Juan de Stroncone y de su sucesor San Bernardino de Siena, el desarrollo de la Observancia será extraordinario. En los comienzos eran llamados: "Hermanos simples”, “Frailes devotos”, “Espirituales”, de los “Lugares devotos”, de la “Familia devota” y en algún momento, “Bernardinos” o “Frailes de Jesús", antes de recibir el nombre definitivo "de la Regular Observancia". La nueva familia fue, sin duda, fermento de fervor, de santidad y de renovado espíritu franciscano. Al final se impuso la solución propuesta por Fr. Gaspar Schatzgeyer, vicario provincial de Estrasburgo. El 29 de mayo de 1517, el Papa León X (Florencia, 1475 – Roma, 1521), con la bula "Ite vos", dividió la Orden en dos familias, obligando a las reformas menores a unirse a los “observantes” o a los “conventuales”. Fue un duro golpe para los “conventuales”, que se vieron obligados a ceder la primacía y el título de “Hermanos Menores” a los “observantes”. El 01 de junio de 1517, se reunían en Santa María de Araceli de Roma, los custodios vicarios provinciales de la observancia con los delegados de las distintas reformas, para la elección del primer ministro general “observante”. El cargo recayó por mayoría absoluta en la persona de Fr. Cristóbal Numai de Forli, vicario general cismontano. Un mes más tarde, el 01 de julio de 1517, el Papa lo nombraba cardenal, junto con otros 30 prelados. La “Ite vos” fue llamada bula "de unión" y la “Omnipotens Deus”, bula "de concordia", pero la realidad fue que la Orden de los Hermanos Menores quedó definitivamente dividida. La división no fue paritaria, debido al pleno apoyo concedido por el Papa León X a la "Regular Observancia", como se puede constatar en este texto tomado de la Bula papal “Licet alias”, del 06 de junio de 1517: "Declaramos... que los frailes de la Observancia y los Reformados han sido sin género de duda verdaderos frailes de la Orden del bienaventurado Francisco, y que, sin interrupción alguna o división, siempre han observado (...) su Regla, desde que ella fue publicada por el bienaventurado Francisco hasta hoy, y han militado y todavía hoy militan bajo la Regla del mismo bienaventurado Francisco; por tanto, decretamos y mandamos que así han de ser tenidos y observados en todo y así se ha de decir". Nuevas reformas y divisiones surgirán en el seno de la Observancia en los años y siglos posteriores: alcantarinos, recoletos, reformados y capuchinos. Éstos últimos lograrán constituirse en comunidad franciscana autónoma, los otros se verán obligados a uniformarse con los “observantes”. El 04 de octubre de 1897, el papa León XIII, por la Constitución Apostólica "Felcitate quadam", reunía los “observantes” y sus tres reformas franciscanas: Reformados, Descalzos o Alcantarinos y Recoletos, con la simple denominación de "Hermanos Menores", título que comparten con los “conventuales” y los “capuchinos”. Y lo más curioso del caso es que, a la larga, toda comunidad franciscana desemboca siempre en una inevitable "conventualización". Ironías de la Historia. La sede de la OFM. fue la Basílica de Santa María de Araceli, entregada por el Papa Eugenio IV a los “observantes” (1445).

LAS CLARISAS
En el gran movimiento franciscano del siglo XIII una parte importante fue desempeñada por esta orden religiosa de la mujer, que tuvo su inicio en el convento de San Damián de Asis. Cuando Santa Clara 1212, siguiendo los consejos de San Francisco, se retiró a San Damiano, que pronto fue rodeado por una serie de señoras atraídas por la santidad de su vida. Entre los primeros en unirse a ella estaban varios familiares inmediatos, incluyendo su hermana Agnes, su madre, tía y sobrina. Así se formó el núcleo de la nueva orden. Aquí Santa Clara se convirtió en la asesora de San Francisco y después de su muerte sigue siendo el máximo exponente del ideal franciscano de pobreza. “Este ideal es la exaltación de la mendiga de la finca en una condición de la libertad espiritual, en el que se vive en el hombre consciente de la dependencia de la providencia de Dios y la buena voluntad de los hermanos. Ante todo Santa Clara de San Francisco recibió una “fórmula vitae” para la creciente comunidad. Esto no es una regla formal, sino simplemente una dirección de practicar los consejos del Evangelio “Vivere secundum perfectionem sancti Evangelii”, fue la oradora principal de San Francisco. Después de la muerte de San Francisco (1226) y la elevación de Ugolino a la silla papal de Gregorio IX (1227), se introdujeron algunos cambios en la práctica la dirección de la vida conventual. El Papa se ofreció a otorgar posesiones en el convento de San Damián sobre la que presidió Santa Clara. Ella se negó firmemente a la oferta y presentó una petición para que se permita continuar en el espíritu de San Francisco. En respuesta a esta solicitud, Gregory le concedió (17 de septiembre, 1228), el “privilegio de pobreza más alto”, a saber, “ut recipere possessiones un nullo compelli possitis”.

PROPAGACIÓN DE LA ORDEN
La orden fue extendiendose rápidamente por toda Europa. En 1318 se obtuvo el permiso del Obispo de Perugia para el establecimiento de un monasterio en esa ciudad. Al año siguiente, Agnes fundó en Florencia una comunidad que se convirtió en el centro de un gran número de nuevas fundaciones, a saber, los que se encuentran en Venecia, Mantua y Padua. Monasterios de la orden antes de ser encontrados en Todi, Volterra, Foligno, y Beziers. Santa Clara de la sobrina, Agnes, presentó la nueva orden en España. Las ciudades de Barcelona y Burgos se convirtieron en comunidades florecientes. La primera fundación fue efectuada en Bélgica en Brujas Ermentrude por la hermana, quien, después de la muerte de Santa Clara, con gran celo en la difusión de la orden a través de Bélgica y el norte de Francia. Las primeras comunidades en Francia, sin embargo, se plantó en Reims en 1229 a petición del arzobispo de que ver. Los monasterios en Montpelier, Cahors, Burdeos, Metz, Besançon y soltó de la casa en Reims, y el de Marsella fue fundada de Asís en 1254. La Real Abadía en Longchamp, que cuenta con el patrocinio de la Beata. Isabel, hija de Luis VIII y Blanca de Castilla.

FUNDACIÓN DE LAS ÓRDENES MENDICANTES
Los nuevos tiempos, atravesados por el desarrollo político, económico y cultural, y el contacto con otras filosofías, implican necesariamente un cuestionamiento del orden moral y religioso. La fe pasa a ser cuestionada por la razón, por ser más un hecho emocional que una razón de vida. Y la estructura de la Iglesia -jerárquicamente dividida en clérigos, monjes y laicos- no favorece una auténtica comunión. El clero, cuya misión específica era la predicación, estaba más ligado al poder imperial y sus ventajas que al Papa y su doctrina; prefería los privilegios de la religión a la conversión evangélica. Los monjes, por su parte, apartados de la vida del pueblo, vivían encerrados en sus monasterios y protegidos por sus latifundios. Y los laicos disputaban el nuevo espacio político, económico, cultural y científico o permanecían al margen de los acontecimientos y de la participación de los bienes. Como reacción surgen muchos movimientos populares, alimentados por el ideal evangélico de pobreza, de humildad, de fraternidad, de vida comunitaria y de autosustento. Eran movimientos espontáneos, con sus contradicciones: la inspiración evangélica de la pobreza también encontraba respaldo en el maniqueísmo; la referencia a la vida de los primeros cristianos implicaba también el rechazo de la estructura de la Iglesia; la búsqueda de la imitación de Cristo llevaba también al desprecio del cuerpo y del mundo. Así, Francisco de Asís (1182-1226) se convirtió en intérprete y profeta de los movimientos populares, sin sus contradicciones: vivir según el Evangelio, rechazar la acumulación de bienes, vivir del propio trabajo, predicar con el testimonio y la palabra, la obediencia a la Iglesia, una visión alegre y fraterna de la vida y la inserción en medio del pueblo. Por su parte, Domingo de Guzmán (11701221) y el movimiento dominicano alcanzan a las instancias superiores: la renovación del clero por la formación, por la espiritualidad, por el estudio y la predicación en comunión con la Iglesia.

PRIMERA ORDEN
La primera orden, comprende ahora tres cuerpos separados, llamados: los Frailes
Menores (observantes) (OFM) propiamente dichos, o tallo madre, fundado como se ha dicho, en 1209; los Frailes Menores (conventuales) (OFMConv) y los capuchinos (OFMCap) ambos de los cuales crecieron del tallo madre, y fueron constituidos como órdenes independientes en 1517 y 1619, respectivamente. Todas las tres órdenes profesan la regla de los Frailes Menores aprobada por Honorio III en 1223, pero cada una tiene sus constituciones particulares y su propio ministro general. Existieron diferentes fundaciones menores de los frailes franciscanos que siguieron la regla de la primer orden, la cual alguna vez disfrutó de una existencia apartada o casi apartada, pero se han extinguido ya, como los Clareni, Coletani y Celestinos, o se han amalgamado con los Frailes menores, como en el caso de los Observantes, Reformati, Recollects, Alcantarinos, etc.

SEGUNDA ORDEN DE SAN FRANCISCO
Sta. Clara de Asís (izquierda) y Sta. Isabel de Hungría (derecha) en la pintura de Simone Martini (1317) La segunda orden de San Francisco es una orden religiosa fundada por Santa Clara de Asís y San Francisco. Son conocidas también como Hermanas Descalzas o simplemente Clarisas. Es una de las tres órdenes franciscanas La segunda orden, o hermanas descalzas, ahora comúnmente llamadas Clarisas incluye a todos los diferentes monasterios de monjas enclaustradas que profesan la Regla de Santa Clara aprobada por Inocencio IV en 1253, ya sea que observen la misma en toda su exigencia original o de acuerdo a las dispensas otorgadas por Urbano IV, el 18 de octubre de 1263; o las constituciones compuestas por Santa Colette y aprobadas por Pío II, el 18 de marzo de 1458; o la reforma de María Lorenza Longo aprobada por Pablo III el 10 de diciembre de 1538, y conocida comúnmente como Clarisas Capuchinas. Las Hermanas de la Anunciación y las Concepcionistas franciscanas son, en cierto sentido, ramificaciones de la segunda orden, pero siguen ahora reglas propias diferentes de la regla de Santa Clara. La segunda orden comprende las ramas femeninas: Hermanas Clarisas Pobres, fundada por Santa Clara de Asís y San Francisco. Hermanas Clarisas Capuchinas, reforma de María Lorenza Longo.

TERCERA ORDEN
La tradición asigna a 1221 como la fecha en que se fundó los Hermanos y Hermanas de Penitencia, ahora conocidos como terciarios. Esta tercera orden fue ideada por San Francisco como un tipo de estado intermedio entre el claustro y el mundo para aquellos que, deseando seguir los pasos del santo, estuvieran impedidos, por matrimonio u otros compromisos, de entrar ya sea a la primera o a la segunda orden. Ha habido algunas diferencias de opinión en cuanto a qué tanto intervino el santo en la reglamentación para estos terciarios. Sin embargo, se acepta en general que la regla aprobada por Nicolás IV, el 18 de agosto de 1289 no representa la regla original de la tercera orden, sino una revisión de la original. Algunos escritores recientes han intentado demostrar que la tercera orden fue realmente el punto de inicio de toda la Orden Franciscana. Ellos afirman que la Segunda y Tercera Órdenes de San Francisco no fueron adicionadas a la Primera, sino que las tres ramas, los Frailes Menores, Hermanas Pobres, y Hermanos y Hermanas de Penitencia, crecieron de la fraternidad de laicos de penitencia que fue la primera y original intención de San Francisco, y fueron separados en grupos diferentes por el Cardenal Ugolino (posteriormente Gregorio IX), protector de la orden, durante la ausencia de San Francisco, cuando éste estuvo en Oriente (1219 - 1221). Esta interesante teoría, aunque arbitraria, no deja de tener importancia para la historia sobre el origen de las tres órdenes, pero no ha sido lo suficientemente probada para desmentir el relato más usual descrito anteriormente, de acuerdo al cual la Orden Franciscana se desarrolló en tres ramas distintas, llamadas la primera, la segunda y la tercera orden, por proceso de adición y no por proceso de división, y ésta es aún la perspectiva generalmente presentada.

Tercera orden seglar: La tercera orden secular fue fundada, como hemos visto, por San Francisco, alrededor de 1221 y se compone de personas devotas de uno y otro sexo, que viven en el mundo y que siguen una regla de vida aprobada por Nicolás IV en 1289, y modificada por León XIII el 30 de mayo de 1883. Incluye no sólo a los miembros que forman parte de hermandades lógicas, sino también a los aislados terciarios, ermitaños, peregrinos, etc.


Tercera orden regular: El origen es incierto y susceptible de controversia. Algunos atribuyen su fundación a Santa Isabel de Hungría en 1228 y otros a la Beata Angelina de Marciano en 1395. Se dice que esta última estableció en Foligno (Umbría) el primer monasterio franciscano de monjas terciarias enclaustradas en Italia. Existe certeza que a principios del siglo XV existían comunidades terciarias de hombres y mujeres en diferentes partes de Europa y que los frailes italianos de la tercera orden regular eran reconocidos como una orden mendicante por la Santa Sede. Desde 1458 aproximadamente, éste último cuerpo ha sido gobernado por su propio ministro general y sus miembros toman votos solemnes. La tercera orden es la de los Hermanos y Hermanas de la Penitencia, y se divide en la Tercera Orden Seglar y la Tercera Orden Regular. En la orden seglar los miembros pueden ser personas casadas. De esta orden se deriva la Juventud Franciscana o JUFRA integrada por miembros jóvenes activos que se dedican a estudiar y promover obras de caridad con el espíritu franciscano y presencia en diversos países.

Para reflexionar
¿Cuántas y cuales  son las tres ramas mas importantes de la Orden Franciscana?
¿Quién y cuando aprobó la Regla de San Francisco de Asís?
¿Quienes son los fundadores de la Segunda rama de la Orden Franciscana?
¿A cuál de las ramas de la Orden Franciscana pertenece JUFRA?
¿Que reflexión práctica para tu vida puedes sacar de San Francisco  y Santa Clara? 

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