domingo, 23 de marzo de 2014

Quinto de ESM: 500 años de Evangelización, respuestas a los desafíos

Con ocasión de los 500 años de la primera evangelización de América Latina, el Beato Juan Pablo II, hace algunos años lanzó la consigna de una nueva evangelización, nueva en su ardor, en su  método y en su expresión. A medida que pasa el tiempo, surgen interrogantes sobre el  significado de esa nueva evangelización: ¿en qué consiste realmente? ¿En qué debe  diferenciarse de la primera?

¿Qué es evangelizar?
Basándonos en la Evangelii nuntiandi (EN) de Pablo VI, la carta magna sobre la  evangelización, señalemos los rasgos más importantes de la misma. Evangelizar es la  razón esencial de la Iglesia, constituye su identidad (EN 14). La Iglesia, lejos de replegarse sobre sí misma, ha de abrirse, puesto que existe para evangelizar.
Pero, ¿en qué consiste evangelizar? ¿Es simplemente enseñar el catecismo, predicar, administrar los sacramentos? Para Jesús, evangelizar es anunciar la buena noticia de la cercanía del Reino de Dios (Mc 1., 15).
Evangelizar es, pues, anunciar que el Reino de  Dios comienza a realizarse ya en nuestra historia.  Y el Reino de Dios no consiste únicamente en la liberación del pecado por la gracia de  Dios. Ni es solamente la liberación definitiva de la muerte (la resurrección de los  muertos y la vida eterna), sino también la liberación de los males históricos y  estructurales (la justicia histórica). La evangelización implica un claro anuncio de Jesús, en quien se nos ofrece la salvación  (EN 27), una denuncia de todo cuanto se opone al Reino (EN 30-38), una  transformación de la realidad (EN 18-20) y el testimonio coherente del propio  evangelizador (EN 21). De ahí se siguen los principios fundamentales de toda  evangelización: coherencia entre teoría y praxis en el evangelizador; integralidad de la  evangelización; respeto a la dignidad y libertad del evangelizando; prioridad de los  pobres; libertad profética para denunciar todo lo contrario al Reino de Dios; referencia a la Iglesia como comunidad evangelizadora. Consecuentemente, la evangelización es al  mismo tiempo necesario y difícil: la Iglesia debe convertirse continuamente al Reino, para poder evangelizar como Jesús. La evangelización de América Latina constituye uno de los capítulos relevantes de la historia de la Iglesia, no desprovisto de luces y sombras. (Puebla 6 y 10). La historia nos  recuerda' las figuras señeras de obispos, misioneros y santos: luchadores por la justicia y evangelizadores de la paz, como Antonio de Montesino s, Bartolomé de Las Casas, Juan  de Zumárraga, Vasco de Quiroga, Juan del Valle, Julián Garcés, José de Anchieta,  Manuel Nóbrega y tantos otros que defendieron a los nativos ante conquistadores y VICTOR CODINA encomenderos, incluso hasta la muerte, como el obispo Antonio Valdivieso (Puebla 8); santos, como Toribio de Mogrovejo, Rosa de Lima, Martín de Porres, Pedro Claver, Luis Beltrán (Puebla 7). También nos recuerda las originales síntesis de evangelización y promoción humana de las misiones franciscanas, agustinas, dominicas, mercedarias,  jesuitas (Puebla 9).
 Retos de la nueva realidad
En la Asamblea de Puebla (1979) los obispos l
Los retos de cara a una evangelización a nivel socioeconómico, una situación de pobreza e injusticia generalizada, debida a causas estructurales, que debe ser considerada como  pecado (Puebla 27-40). A nivel político, continuos abusos de poder y poco respeto a los  derechos humanos (Puebla 41-43). A nivel cultural, una continua agresión a las culturas  autóctonas y un grave problema de educación (Puebla 51-62). A esto se añade la  marginación de la mujer, el racismo, las continuas migraciones, la guerra, el  desempleo y el subempleo...  Entrando en el ámbito religioso y eclesial nos hallamos ante una serie de desafíos, que,  con el tiempo, acentúan su urgencia. El reto procede de distintos frentes: a) los  gérmenes de increencia provenientes de la modernidad y del ateísmo secularista, que  invade las grandes ciudades, las universidades y la juventud, y que se difunde a través  del consumo y 1a TV; b) los gérmenes de increencia provenientes de la ideología marxista, que influyen como modelos de acción política y de cosmovisión global de la vida; c) la tentación de desesperanza ante la situación de injusticia y opresión, con una  terrible sensación de impotencia; d) el indigenismo con su problemática de culturas y de  religiones amerindias y afroamericanas, con la frecuente reivindicación de una vuelta al  estado precristiano, ya que se sienten agredidos por una injusta imposición religiosa; e) las sectas, con su agresividad, su atractivo de grupo cerrado, cálido, protector de  situaciones de inseguridad, de ideas sencillas y fuerte emotividad.
NUESTRA RESPUESTA A LOS DESAFÍOS COMO FAMILIA FRANCISCANA

1. EN CUANTO A ACTITUDES

1.1. Coherentes con el Evangelio
Tomar el Evangelio como norma de vida y actuar, personal y comunitariamente, de acuerdo a lo que creemos y proclamamos, tal como lo hizo nuestro Padre seráfico San Francisco : “En la misa de la fiesta del apóstol San Matías, el cielo le mostró lo que esperaba de él. Y fue por medio del evangelio de ese día, que es el programa que Cristo dio a sus apóstoles cuando los envió a predicar. Dice así: “Vayan a proclamar que el Reino de los cielos está cerca. No lleven dinero ni sandalias, ni doble vestido para cambiarse. Gratis han recibido, den también gratuitamente”. Francisco tomó esto a la letra y se propuso dedicarse al apostolado, pero en medio de la pobreza más estricta”.

1.2. Comprometidos con el Reino
Vivir apasionados por el Reino y sus valores (experiencia de Dios como Padre, amor, solidaridad, justicia, paz, fraternidad, servicio, etc.) y comprometidos en abrirle caminos en nuestra propia vida y en todos los ámbitos en que ésta se desarrolla.
…Cuenta San Buenaventura que se encontró con el santo un hombre a quien un cáncer le había desfigurado horriblemente la cara. El otro intentó arrodillarse a sus pies, pero Francisco se lo impidió y le dio un beso en la cara, y el enfermo quedó instantáneamente curado. Y la gente decía: “No se sabe qué admirar más, si el beso o el milagro”.

1.3. Fieles a nuestra identidad
Reflexionar y profundizar nuestra identidad, de modo que sepamos dar razón de lo que somos y hacemos:
…Los hermanos trabajaban como campesinos e iban a la leprosería a atender a los enfermos. Cada día Francisco les decía las actitudes de Jesús, y lo hacía con tanto amor que la distribución del trabajo no parecía una orden. Les daba un cálido abrazo, y con una
Bendición efusiva se marchaban. Y los hermanos se sentían capaces de ir hasta el fin del mundo y al marchar se sentían ansiosos por volver a la ermita, allí estaban esperándolos con los brazos abiertos y la sonrisa en los labios Francisco y Egidio. Se reunía en la cabaña y cada uno contaba las andanzas del día. El hermano los alentaba

Contesta las siguientes preguntas

1.   ¿Cuál era la consigna lanzada por el Beato Juan Pablo II de cara las 500 años de evangelización de América latina?
2.    ¿Qué es evangelizar?
3.    ¿Cuáles son los principios fundamentales de toda  evangelización?
4.    ¿Cuáles son los retos lanzados en Puebla respecto a la evangelización?

5.    ¿Cuáles son nuestras respuestas a los desafíos como familia franciscana?

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